Despedida

El protagonista de la comedia  cinematográfica "Sucedió una noche (1) está tan seguro de vencer las múltiples dificultades de la vida diaria de EE.UU. durante la depresión, que utiliza sin descanso a  lo largo de la película, la muletilla "algún día escribiré un libro sobre el tema", bien sea éste referido a las bondades de la dieta única de zanahorias crudas para desayunar, ó a los tipos de señas más apropiadas, hechas desde la cuneta, para hacer frenar en seco a los automovilistas e imbuirles el deseo irreprimible de transportar gratis a los caminantes que hacen autoestop.

Seguramente hoy, centenares de miles de españoles, al igual que el citado protagonista cinematográfico están deseosos también  de escribir un libro, ó al menos con ganas de intentarlo,  basado en  su experiencia adquirida a diario en el transcurso de los dos calamitosos cuatrienios zapateriles, comenzados con una mueca disparada automáticamente y considerada por su autor como una sonrisa hechicera, capaz de despertar adhesiones inquebrantables en el elemento femenino del Partido  y terminados oyendo decir en el Cogreso al Jefe de la Oposición  que no se puede gobernar, como él ha hecho, con ocurrencias.

 Muchos italianos piensan que las naciones occidentales no les toman en serio a causa de las "notas" repetidas por su Primer Ministro, lanzadas una tras otra, para deleite de la prensa rosa. ¿Será posible que nosotros, los españoles, carentes de la gracia italiana, para "caer" bien a los demás, pero con suficiente autoestima, por lo menos la mitad, seamos juzgados  por las ocurrencias del chaval de León  y de sus conmilitones del  Partido? Francamente, muchos le hubiéramos despedido el pasado miércoles en el Congreso, de buena gana, con una colleja.


(1) Dirigida por Frank Capra en 1934, e interpretada por Clark Gable y Claudette Colbert.