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lunes, 4 de enero de 2010

Pececillos



Seguramente habéis visto más de una vez, y más de dos, alguno de esos documentales filmados en las aguas transparentes del Caribe o de los atolones del Pacífico Sur, mostrando densas bandadas de pequeños peces tropicales que se desplazan con relativa lentitud ante el espectador. Y también habréis observado que al notar los pececillos la más mínima perturbación, parece como si una corriente eléctrica atravesara la muchedumbre de aquellos, afectando a todos sus componentes que semejan compartir entonces un sistema nervioso común, de forma que cambian la dirección de su marcha simultáneamente, en una fracción de segundo.

Me temo que así nos ven los políticos a los votantes y pagadores de impuestos: cual bandadas de peces tropicales, extraordinariamente sensibles a las perturbaciones ambientales.

Porque seguro que esta era la idea sobre las reacciones inducidas en las muchedumbres, mantenida por Zapatero y el periodista Gabilondo muñidor de alteraciones, cuando ambos conversaban frente a un supuesto micrófono cerrado. Las palabras del Presidente han quedado grabadas para siempre en la historia de la Ictiología, pronunciadas con notable nitidez: “¿no te parece Iñaqui que debemos crispar más el ambiente?”

Y es asimismo la idea del siniestro depositario del software SITEL, Rubalcaba, cada año más parecido a Scrooge, que ha intentado hacer estremecer a todo un País, anunciando eventuales desgracias, atentados, secuestros y jornadas luctuosas, siempre ventajosas para él y para su Señor el Ventoso.