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jueves, 28 de junio de 2012

Toques históricos

Jackie Kennedy con cordobés y de corto

Franco pronunció en vida una media de cinco o seis discursos anuales juzgados indefectiblemente por sus exégetas, como transcendentales. "Transcendental discurso del Caudillo" decían los periódicos al día siguiente de ser pronunciado cada  uno de ellos, recogido espeso, con muy pocos puntos y aparte, en primera página. En aquel entonces a ningún periodista, eran de otra pasta que los actuales, se le ocurrió hacer una encuesta para conocer el número de lectores reales de aquellos sólidos textos, así que la difusión de la transcendencia de los discursos de Franco entre los lectores de la época, seguirá siendo un secreto de la Historia por siempre jamás

Dijeran lo que dijeran sus enemigos, Franco se sintió siempre vencedor de la Unión Soviética En primer lugar en los campos donde se libró la guerra civil y más adelante alineado con EE.UU., formando parte del anillo exterior defensivo del "mundo libre", frente a los soviéticos, y allá en la intimidad del Palacio del Pardo, se reiría a su manera de todos sus enemigos, los declarados o no, incapaces de crearle dificultades insuperables.

Cuando en el horizonte político de Occidente, surgió la figura sonriente y falsamente juvenil de John F. Kennedy, pues tenía tantos o  más alifafes que un viejo, los exégetas del Caudillo vieron en el nuevo Presidente, pese a ser demócrata, otro amigo del Régimen, al igual que el Presidente Eisenhower, pues no en vano profesaba la fe católica, como buen descendiente de irlandeses. Pero los exégetas se equivocaron en esta ocasión  por completo.

Franco no hizo ningún movimiento, al menos conocido por la opinión pública, que pudiera interpretarse como un acercamiento a la Casa Blanca, ni mucho menos puso un cerco de amor, al igual que han hecho otros, dando suspiros con la intención de ser oídos en la otra orilla del Atlántico. Kennedy ignoró olímpicamente al Caudillo, aunque permitiera a Mrs. Kennedy lucir palmito en la Feria de Sevilla, por cierto con mucho estilo.

Ante el silencio administrativo de Washington, Franco debió parpadear dos o tres veces y siguió impertérrito con sus rutinas, las monterías en tierras manchegas, el golf, la inauguración de pantanos y sus transcendentales discursos.

El joven Presidente norteamericano se metió en un sinnúmero de problemas, en tanto se creaba enemigos dentro de su País, mucho más expeditivos que los de Franco, calificables en realidad de opositores de secano. Las vidas de ambos Jefes de Estado, no fueron paralelas, desde luego. 

miércoles, 27 de junio de 2012

Almas en la hoguera

(1)

En la Colegiata de la villa palentina de Aguilar de Campoo, según se entraba al recinto sagrado había en tiempos, a mano izquierda, un cuadro que me impresionó mucho cuando era niño.

Se trataba de una visión popular del Purgatorio, posiblemente pintada por algún religioso con más voluntad que oficio. Allí se retorcían, sin consumirse, las almas de los condenados como sarmientos crepitantes, arrojados a una hoguera, representadas todas ellas con los cuerpos que tuvieron en vida. Algunas parecían gritar su dolor, porque el tormento no era para menos, las llamas les llegaban a la cintura o al cuello. Otras más tranquilas o resignadas, unían las palmas de las manos  bajo el mentón, y elevaban su mirada hacia lo alto implorando la gracia y el término del suplicio. 

El cuadro en cuestión desapareció hace años tras las purgas iconoclastas postconciliares de los  sesenta, que se llevaron también por delante, todo lo acumulado en el curso de varios siglos por la piedad de los creyentes y de las instituciones civiles y religiosas, incluídas una reja de factura impecable, como las de la Catedral de Toledo y tantos otros templos,  que separaba la nave central, del coro y la sillería labrada de éste, utilizada por los canónigos de la Colegiata cuando los hubo, en cuyos respaldos figuraban en alto relieve las últimas conquistas cristianas del siglo XV, en tierras de la morería, exhibiendo el gracioso diseño medieval que prescindía con desinhibición de la perspectiva.

El caso es que siempre he  asociado el tema del cuadro aguilarense y sus llamas crepitantes con cierta música sinfónica coral, de las que embargan  el ánimo de los oyentes, porque son solemnes al tiempo que cien voces parecen  reclamar piedad y clemencia, algo así como si fuera la banda sonora del propio cuadro.

Y ahora, la asociación cuadro-música-realidad cotidiana resulta más impresionante cuando veo aparecer en la pantalla de la TV a uno de los Ministros económicos, con un rimero de cuartillas en la mano, dispuesto a desgranar con la cara tensa y el ceño fruncido, los nuevos impuestos que nos afligirán en breve a los ciudadanos, para sentirme como una de aquellas pobres almas del cuadro de Aguilar, purgando no se sabe qué pecados.

(1) No es la pintura de Aguilar, pero sí se acerca a la que yo he visto al leer el texto. CF

martes, 26 de junio de 2012

Talante sin talento



Con ocasión de acceder a la más alta magistratura de la Nación el inmaduro Presidente Zapatero, sintió que le había sido concedido el don de la ciencia infusa. Por tanto, no le hacía falta conocer al detalle las múltiples facetas de cualquier problema político para solucionarlo, ni haber leído nada, ni meditado sobre el asunto, ni oído a ningún experto en la materia. Bastaría aplicar talante a la cuestión. Se entiende, el suyo.

El terrorismo, que fue en su momento inicial la alternativa violenta desesperada al movimiento independentista más bien teórico, de los celosos  amantes excluyentes del País Vasco y de sus tradiciones, modificó el equilibrio político de la zona, complicándolo, naturalmente.

Cuando Zapatero pretendió intervenir en la solución del problema vasco, la situación era aún mucho más compleja, de manera que el "diálogo para la paz" zapateril consistió en crear una segunda fuerza separatista, tan legal como la primera, en tanto  que la amenaza terrorista  persistía, sin importar las repetidas protestas falsas  del "cese de hostilidades" emanadas unilateralmente del núcleo duro de las violentos, como lo demuestra el celo de la Gendarmería francesa cazando uno o dos etarras armados, de vez en cuando.

De manera que conseguida por el talante zapateril la legalización de la rama civil del terrorismo, quedaba pendiente resolver la situación de los seiscientos o setecientos  presos de la banda. Para ZP la  cuestión se reducía a recabar el "arrepentimento" de los terroristas, la aplicación de las medidas de reinserción dispuestas "ad hoc" etc, y todos a la calle.

El "arrepentimiento" ha fallado (al parecer se han mostrado "arrepentidos" 5% o menos de los encarcelados) y el Gobierno actual, ocupado en evitar el desmoronamiento económico del País, con la inestimable "ayuda" de la oposición socialista, ha dejado a unos políticos de segundo nivel la resolución del tema, quienes no saben muy bien qué hacer con tantos empedernidos delincuentes de la Patria vasca en prisión, la mayoría asesinos sin arrepentirse.    

domingo, 24 de junio de 2012

El carisma

Una diputada socialista muy poco carismática

Los analistas políticos hallaron un término común para caracterizar a ciertos líderes de la posguerra, cuyo recuerdo estaba aún vivo en la memoria colectiva. Por ejemplo, el de Sir Winston Churchill, con su halo de tenacidad victoriosa, el del General francés  Charles De Gaulle, con su prestigio patriótico intacto, ajeno a la derrota de su País, o el del Canciller Konrad Adenauer, con su sensatez y equilibrio emocianal, tras tanto años de locura germánica. 

Aquel término común que hizo fortuna fue carisma, una especie de don gratuito, sólo presente en muy pocos elegidos, como los señalados.

Entre nosotros, y más bien por seguir la costumbre, se dijo del primer líder socialista, Felipe González, surgido a la vida pública a punto de concluir la dictadura, que tenía carisma, y allí donde se presentaba era rodeado por una masa de chicas jóvenes, dando saltitos en torno a su figura, gritando o chillando incontroladas.

Por supuesto, todo aquello formaba parte de un "show" programado, y a medida que se impuso la realidad, se sucedieron los problemas. En consecuencia, se produjo la comisión de errores, agotándose el falso carisma de Felipe, aunque éste no lo entendiera así, culpando de sus desgracias a su sucesor inmediato, el Presidente Aznar, al que distinguió con un odio cartaginés, posiblemente algo impostado, en realidad, para hacer olvidar su desclasamiento político-económico. El carisma de Felipe González no era más que "gancho"  verbenero o "sex-appeal", más o menos cinematográfico.

El líder actual de la oposición socialista arrastra con más pena que gloria una turbia carrera política desde los tiempos de Felipe, y carece a todas luces de carisma. Su perfil físico y sus ademanes le identifican más bien con un tendero galdosiano de ultramarinos, de mediados del siglo XIX, siempre dispuesto a apoyar obsequioso la  opinión de cualquier cliente, es decir  toda actitud o palabra antigubernamental, cualquiera que sea su procedencia,  del espectro político de izquierdas o de sus aledaños.

La costumbre de frotarse continuamente las manos, adquirida  es de suponer, en el curso de los crudos inviernos madrileños, y de ladear la cabeza, le definen como una persona de suyo anticarismática . No hay más que verle.

Y lo mismo ocurre con los doce ex-ministros de los Gobiernos anteriores, presididos por aquella desgracia nacional que fué Zapatero, y hoy se hallan refugiados en el Congreso de los Diputados, sesteando aburridos en sus  escaños. Ni tienen carisma ni lo tendrán jamás.  

sábado, 23 de junio de 2012

Pelillos a la mar

Audiencia Nacional

El intrépido ex-Juez instructor de la Audiencia Nacional don Baltasar Garzón, ataca de nuevo. Una vez recogidas las multitudinarias y enfervorecidas ovaciones de las que ha sido objeto en algunos países de Hispanoamérica, donde le adoran porque ven en él a su héroe paladín debelador de dictadores, don Baltasar ha sentido la nostalgia de sus elásticos ascensos y descensos diarios por las escaleras de la Audiencia, y ha vuelto para reverdecer  su elasticidad.

Don Baltasar no quiere ser olvidado y necesita alimentar su ego hambriento. Han pasado tres o cuatro meses desde su inhabilitación y juzga llegado el momento de sentir ese calorcillo envolvente de su figura, un poco fondona ya, que surge cuando tiene en torno a sí a partir de diez o doce rendidos adoradores incondicionales pastoreados por el Juez  Pedraz, de la melenita flotantel

Tras la fulgurante eliminación de su enemigo mortal, el indeciso y apocado magistrado Dívar que osó plantarle cara en infausta ocasión, otro que se va a la tumba con su secreto, don Baltasar ha pedido su indulto al Ministerio de Justicia a través de una Asociación dizque "de magistrados europeos por la Democracia y la Libertad" (Medel).

Esta Asociación de origen y sede desconocidos, insiste en que la inhabilitación  priva al mundo de las sublimes instrucciones del ex-Juez, resultando tal sanción "manifiestamente desproporcionada", algo así como "una cadena perpetua" y todo por "la simple interpretación discutible de una norma"

Para mí el texto de la solicitud dirigida al Ministerio, es obra del mismo ex-Juez que viene a decir a los técnicos ministeriales: ¡pelillos a la mar! ¿no veis que soy un ídolo y que las masas me necesitan e idolatran?, vamos, vamos, apresuraos a tramitar el indulto, y no obstaculizar la marcha de la Historia, ¡Cielo santo! qué grande soy.   

jueves, 21 de junio de 2012

Preguntas




Las preguntas que hoy se harán millones de españoles, a propósito del malhadado Tribunal Constitucional, y de sus sentencias, concediendo tantas facilidades para la secesión del País Vasco, son las siguientes:

¿Cómo es posible que nuestros votos no sirvan absolutamente para nada a la hora de evitar semejantes estulticias, que chocan frontalmente contra los intereses comunes de la Nación?

¿Cómo es posible hallar una solución adecuada, por parte del Gobierno, para hacer los nombramientos más convenientes, incluso consensuados, de la cúpula de la Televisión Nacional y no ser capaces de renovar la del Tribunal Constitucional?

Los socialistas vascos, ¿han perdido la orientación, la brújula y el oremus, para decir, como ha dicho alguno, que la legalización de SORTU va a "reforzar la convivencia en Euskadi"?

¿No se dan cuenta de que los separatistas, una vez puesto el pie en la puerta, empujarán con el hombro hasta abrirla pues tienen recursos económicos y del calibre 9 mm parabellum, más que suficientes con los que someter a todos los demás?

Por mi parte, tan sólo puedo añadir a propósito del Tribunal Constitucional, que con sus sentencias se ha mofado de la Ley Suprema al burlarse de los Artículos:

2. (Indisoluble unidad de la Nación)

3. (El castellano (español) lengua oficial del Estado)

4. (las CC.AA. utilizarán en sus edificios y actos oficiales la bandera de España) y sobre todo del

8. (Las FF.AA.tienen como misión defender la integridad territorial de España)

Hacedme un hueco en el primer carro (armado) que salga para allá, que me meto.

miércoles, 20 de junio de 2012

A las barricadas



Los usuarios de los servicios de la RENFE (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles) durante los años cuarenta, sabían lo que les esperaba, es decir, los retrasos de tres o cuatro horas en viajes de 400 o más Km, si las cosas iban bien. Los viajeros llegaban a sus destinos  aspeados, con escasas fuerzas para cargar con los equipajes, como debían llegar los viajeros de las diligencias, cien años atrás.

El cansino tram-tram de los convoyes, una vez alcanzada la velocidad de crucero, se convertía en un arrastre agónico de los vagones por parte de dos locomotores, cuando la vía pasaba del terreno llano, a iniciar las pendientes, cada vez más acusadas de los puertos de montaña

En alguna ocasión fui testigo de los saltos desde el tren, que reptaba ascendiendo el puerto de Orduña,  a la vía, de los arriscados mozos de la época conocedores de los trayectos, para seguir la marcha del convoy a buen paso, por hacer la gracia y quedar bien a los ojos de los viajeros en general y de las mozas en particular que solían hacer muchos dengues y aspavientos.

Todo el mundo conocía entonces que aquellas marchas "a cámara lenta" se debían al carbón de escasas calorías quemado por las máquinas. Aquellos tiempos fueron testigos  del desarrollo de la resignación como virtud. Nadie se quejaba, ni trataba de hallar culpables en  parte alguna.

Poco a poco mejoraron las cosas de manera que disminuyó el empleo del carbón nacional y aumentó el de exportación (de Polonia y Sudáfrica, según creo) más barato, en tanto nuestra minería era más y más subvencionada. Con los años , las calefacciones de las viviendas en ciudades y pueblos, adoptaron otros combustibles más apropiados, pero las autoridades responsables, los sindicatos mineros, y las empresas implicadas, prefirieron no enterarse de los cambios producidos en su mercado, mientras ascendían la subvenciones estatales  a la industria minera y se procedía a mimar a la fuerza laboral correspondiente, concediendo retiros más tempranos y jubilaciones tres o cuatro veces superiores a las habituales.

Cuando las normativas europeas exigen ahora a los Estados miembros  y entre ellos a España la suspensión de las subvenciones, como lo han hecho otros países más listos, Inglaterra por ejemplo hace treinta años, la Guardia Civil debe responder a la creciente agresividad de unos mineros, por cierto, muchos jóvenes, diestros en las tácticas guerrilleras, que se sienten respaldados en su escalada de violencias, por las oposiciones política y sindical, mostrando una querencia y añoranza evidentes por las barricadas de los abuelos y tatarabuelos.     

martes, 19 de junio de 2012

Pereza mental



El presidente republicano Eisenhower de EE.UU vencedor del Eje en Europa,  hizo una visita al General Franco, en 1959, y al despedirse en Barajas ambos generales, se dieron un afectuoso abrazo en presencia del sagaz general norteamericano Walters, consejero del Presidente para asuntos españoles y del Ministro  Castiella de AA.EE. Los rostros de los cuatro personajes rebosan afecto y felicidad, como se comprueba observado la fotografía correspondiente.

Algunos habían aconsejado al Presidente "Ike"que no incluyera España en su periplo de visitas a distintas naciones occidentales para "no dar su espaldarazo al Régimen franquista". Pero "Ike" no les hizo caso y quiso agradecer a su manera la cesión de bases militares por Franco. Desde entonces las cosas fueron mucho mejor para España en el plano internacional.

John F. Kennedy, del partido demócrata, político liberal y progresista, ocupó a continuación la presidencia de los EE.UU, y al contrario que el general Eisenhower, pensando en Franco, debía experimentar estremecimientos de horror.

En mi opinión, Kennedy pertenecía a una generación muy trabajada por la sutil propaganda izquierdista, con  los elementos de la Brigada Abraham Lincoln al fondo, que nunca afectó a Eisenhower.

Esta propaganda consistía en los estereotipos habituales como todos, de fácil asimilación, según los cuales Franco alcanzó el poder apoyado en la unión de unos obispos trabucaires, unidos a unos militarotes expertos en guerras coloniales del siglo XIX (perdidas) y a unos señoritos propietarios fascistas medio negreros. Tal perversa conjunción de fuerzas cargó contra una limpia e inocente República democráticamente elegida. Todo lo cual  explica "per se"  que no sea necesario ningún análisis porterior.

Algunos españoles que sienten como suyo el pensamiento de izquierdas, con su característica pereza mental  siguen repitiendo todas estas frases tópicas como si fueran dogmas protectores de su integridad izquierdista, capaz de inmunizarles contra la enfermedad infecto-contagiosa de la corrupción, de tal manera que ésta debe ser considerada en sus justos términos y, por supuesto, teniendo siempre en cuenta el contexto, sin olvidar el famoso chocolate del loro.     

lunes, 18 de junio de 2012

Ansiedades


Desde el inicio de su presidencia de los EE.UU. en 1961, hasta que oscuras fuerzas de su propio país, olímpicamente ignoradas por la famosa Comisión Warren (1) decidieran su eliminación de la faz de la Tierra,  John F. Kennedy mantuvo una tenaz pugna política con el líder soviético Nikita Jrushchov, por la hegemonía mundial, con el telón de fondo tirando a terrorífico, de una guerra termonuclear, iniciada por cualquiera de ambos contendientes.

El apasionante mano a mano entre los dos líderes, es descrito minuciosamente por el escritor y periodista Frederick Kempe en su libro "Berlin 1961" subtitulado "El lugar más peligroso del mundo"(2).

Pero esta peligrosidad resultó ser menor, a fin de cuentas, que la realmente experimentada por la Provincia más oriental de Andalucía, Almería.

Ambos líderes habían desaparecido del primer plano de la escena política, hacía ya varios meses, cuando un avión Boeing, portador de cuatro bombas atómicas de 70 kilotones cada una (la de Nagasaki tenía 20 kilotones) dispuesto para ejercer sus labores de vigilancia y de "respuesta inmediata" en la frontera turco-soviética, colisionó en la vertical de Palomares, pueblo de la citada Provincia, con un avión nodriza procedente  de Morón de la Frontera, que pretendía abastecer de combustible al primero.

De las cuatro bombas del Boeing, una tomó tierra con relativa suavidad (descendió en paracaídas), otra cayó al mar cerca de la costa, y fue recuperada tras ochenta días de búsqueda gracias a las indicaciones de un pescador (Paco "el de la bomba") y las otras dos se rompieron a causa del impacto, liberando plutonio y americio radiactivos que serán detectados en aquellos lugares hasta el final del mundo.

Me pregunto si el histérico y desmesurado tratamiento periodístico dado a  la actual crisis económica, amenazándonos con el término de nuestra existencia por consunción, bajo un puente, hubiera sido utilizado en los años sesenta por la prensa, radio y TV, los casos de ansiedad requiriendo tratamiento hospitalario, se contarían entonces por millones.

Peor ¿qué pecado cometimos contra los periodistas que se complacen en mostrarnos hoy cómo trepa incansable en las gráficas, cada cuarto de hora, la prima de riesgo? 

(1) Su labor fue semejante a la realizada por nuestros jueces que intervinieron en el caso  de los trenes de Atocha el 11 de Marzo de 2004. 

(2) Libro regalo de mi hija-nuera María. Gracias María.

sábado, 16 de junio de 2012

Cosas bélicas


Cuando ya parecía en vías de solución la última guerra colonial española, que tuvo lugar en el Protectorado de Marruecos, y había sido iniciada hace ahora cien años, para defender determinadas concesiones mineras, el mando responsable, confiado en pacificar la zona con una suficiencia digna de mejor causa, cometió unos errores estratégicos y tácticos tan garrafales, que debieron dejar a sombrados y semi-paralizados a los alumnos cadetes de primer curso de todas las academias militares de las potencias coloniales europeas.

Se efectuó, nada menos, que un avance en flecha, en dirección Oeste, desde la inmediaciones de la ciudad de Melilla (1) sin cuidar para nada de los flancos (error que repetirían dieciséis años después los italianos en Guadalajara, durante la Guerra Civil). Todo se agravó al tomar las tropas unas posiciones en las cimas de colinas, con puntos de aguada situados a dos o tres kilómetros en valles poco accesibles. Algo increíble.

No hacía falta ser un Alejandro Magno o un Napoleón Bonaparte  para vaticinar, ante tal despliegue, el desastre del siglo. Semejante disposiciones tácticas constituían una invitación expresa  a bereberes y rifeños, para que se sirvieran cortar las lineas de abastecimiento y procedieran al aplastamiento de los invasores. Y así fue justamente como se desarrollaron los acontecimientos.

Cada unidad que retrocedía corriendo a la desbandada, arrastraba a las que estaban detrás (Desastre de Annual 1921). Tan solo reaccionó el Regimiento de Caballería de Alcántara, que dio siete cargas seguidas, las dos últimas al paso, para proteger a los que huían. De los 700 hombres del Regimiento, sobrevivieron 60

Hace dos semanas, el Gobierno actual concedió, por fin, la máxima condecoración española al valor frente al enemigo, la Cruz Laureada de San Fernando colectiva al Regimiento, basándose en el expediente iniciado a partir de los acontecimientos, tras numerosas e interminables suspensiones, la última debida a la consecuente y nefasta Ministra de Defensa Carme Chacón, capaz de poner mal cuerpo al más pacífico de los contribuyentes

(1) Con la anuencia del Rey Alfonso XIII, que le costaría su destronamiento, entre otras cosillas, diez años después del Desastre.     

viernes, 15 de junio de 2012

Son malos

Mineros en huelga

El respeto de los resentidos socialistas españoles por las formas democráticas es fácilmente descriptible, dicho sea sin ambages, carecen de él por completo. Su fundador proclamó, hace cien años, " lo mantendré mientras me convenga", y les dió  la pauta.

Cuando están en el poder, se apresuran a reivindicarlo. En la oposición, pretenden tener una bula especial para jugar sucio y justifican sus propias salidas de tono, en nombre de una libertad de características tan sutiles, que ellos tienen la exclusiva de su interpretación, pues el gobierno conservador no puede entenderlas dada la idiosincrasia que les es propia, y les impide valorar determinadas ideas políticas del género progresista.

En tres o cuatro ocasiones  han hecho lo mismo. Eligen, para dar la nota, representantes de grupos  de descontentos originados por alguna medida o disposición gubernamental, introduciéndoles en los plenos del Congreso, cuando están seguros  de que la bronca tendrá la difusión mediática más amplia. Lo hicieron con los familiares de los militares fallecidos en un accidente aéreo ocurrido en Turquía, dispuestos a acosar al Ministro responsable en los pasillos del Parlamento, y han repetido la operación hace dos o tres días con mineros asturianos o leoneses, en huelga  hace ya quince días por los recortes presupuestarios de las ayudas a la industria minera en recesión, prolongada  en el curso de los últimos veinte o treinta años.

Lo curioso de este último caso es que el Gobierno actual se ha limitado a cumplir una ley propuesta por el Gobierno anterior socialista y aprobada el pasado mes de Noviembre, circunstancia que al introductor de los mineros con sus camisetas y sus pancartas, le tiene sin cuidado.

Parecen niños que una vez castigados por su mala conducta, como lo han sido los sociatas en las urnas, quieren ser malos y así lo proclaman, declarándose rebeldes por lo menos hasta la hora de la merienda.     

jueves, 14 de junio de 2012

El busilis de la cuestión


Desde que vimos en los documentales, recién acabada la Segunda Guerra Mundial, brigadas  exclusivamente femeninas, afanándose por recuperar los ladrillos de las montañas de escombros de Berlín, Hamburgo, Dresde y de tantas otras ciudades alemanas, hasta la resurrección del País (con la decisiva ayuda norteamericana) apenas habían transcurrido diez años de paz.

En aquellos tiempos del Canciller Adenauer, hasta los socialistas o socialdemócratas de la República Federal Alemana, colaboraron en la tarea de la reconstrucción, sin hacer los dengues y poner los reparos característicos de sus ridículos homólogos españoles, abandonaron sus paparruchas doctrinarias y se pusieron a trabajas con los demás.

La tradición científica alemana, una economía sana, su moneda cada vez más fuerte, su pujanza exportadora,  así como su mercado interior, habían dado tal impulso al País que en breve tuvo lugar, teniendo en cuenta la sangría de la guerra, una carencia de mano de obra, en la que se inscribe la emigración laboral española y el asunto de Pepe que finalmente se fue a Alemania. 

Aunque parezca mentira es notoria la incapacidad de nuestros economistas tratando de exponer algo tan simple y sin embargo tan diáfano para los analfabetos económicos, como somos la mayoría de los contribuyentes,  al tiempo que explican el origen real de la  la actual competencia alemana.

Doscientos empleados de una fábrica alemana,  por ejemplo, de artículos ópticos fabrican microscopios, telescopios, gemelos de campaña, de teatro, etc, con patentes originarias del propio País, que más tarde son vendidos por los chicos listos de la empresa, al resto del mundo, y originan unos ingresos diez o veinte veces superiores a los obtenidos por dos mil trabajadores españoles afanados en recoger la cosecha de los ubérrimos campos valencianos, exportada al resto de los países europeos. La diferencia última de ambas economías alemana y española, es que el marco "subsumido" en el euro alemán  sigue valiendo mucho más que las pesetillas  "subsumidas" de prestado en el euro español, aunque ambos se denominen "moneda única", por decir algo. Así, que el parecido entre ambos euros es el del  diseño del anverso, pura cosmética.

¿En qué estarían pensando nuestros egregios políticos que nos "subsumieron" en unas economías tan diferentes a la nuestra, sin pensarlo dos veces? Y sin proponer ninguna modificación de nuestro sistema productivo actual, no tan diferente, en mi opinión, al de los vaceos, arévacos, ilergetes y demás felices paleohispanos.        
       

miércoles, 13 de junio de 2012

Lucha contra la corrosión

Nave espacial Nostromo

La nave espacial de carga "Nostromo" (en la película "Alien" de Ridley Scott, 1979) marcha hacia la Tierra en una de sus travesías de rutina, pero la enorme computadora de a bordo ("Madre") hace cambiar el rumbo de la nave hasta un planeta perteneciente a otro sistema solar.

Este planeta es explorado por tres o cuatro miembros de la tripulación del "Nostromo". Vueltos a la nave, uno de ellos que había sido contaminado accidentalmente, se convierte en portador sin saberlo, de un bicho extraterrestre, extraordinariamente agresivo, capaz de crecer con rapidez una vez fuera del portador, transformándose en una cosa repelente. con muchas patas y una dentadura de espanto. Este bicho, se adueña de la nave y aniquila a la tripulación, salvo a la heroína, teniente Ripley.

El caso es que en su lucha el monstruo segrega una salivilla muy corrosiva de efectos devastadores en las piezas metálicas del "Nostromo". Basta una gota caída de sus fauces al suelo de cualquier pasillo de la nave para horadar las tres o cuatro plantas existentes debajo, dando lugar a unos boquetes de bordes humeantes, nada tranquilizadores.

Pues bien, el poder corrosivo de la saliva del alienígena, es semejante al ejercido en España por las dos Autonomías vasca y catalana, cuyos proyectos de futuro y de convivencia, muy semejantes a los del monstruo del cuento, han consistido en corroer las estructuras del Estado e infestar, la primera a Navarra y al Condado de Treviño, en tanto que la segunda trata de hacerlo con los llamados, en un ejercicio de exacerbación nacionalista,  "países catalanes".

Dirigidas por unos políticos mediocres, ambas Autonomías han sido capaces de potenciar los defectos más perversos de sus ciudadanos, hasta el punto de convertirlos en chusmas de baja estofa en los estadios de fútbol.

Contra estas chumas el Partido del Gobierno quiere enviar a un guardia municipal sin entrenamiento y sin los reflejos de la teniente Ripley, para que desde el centro del campo lea sus derechos ciudadanos a los componentes de dichas chusmas, antes de recluirlas, convenientemente estabuladas, en los calabozos de los Juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid. Es su manera de encarar la lucha contra la corrosión.

martes, 12 de junio de 2012

Galería de traidores


Es de suponer que la tasa de traidores presentes en nuestra Historia, sea muy semejante a la de las Historias de los países del resto del Mundo, si bien en estos calamitosos tiempos, la tasa hispánica parece haberse elevado muy por encima de lo normal.

Nuestros traidores por antonomasia, habían sido hasta ahora, el Conde Don Julián y Bellido Dolfos, como sabemos desde la época de nuestra infancia. El primero, gobernador de Ceuta al iniciarse el siglo VII envió con un nutrido séquito, a su hija Florinda a Toledo, para educarse y, de paso, encontrar marido entre la nobleza visigótica de la ciudad. El Rey don Rodrigo, literalmente un monarca sarnoso, se puso en manos de Florinda para la curación del mal que le aquejaba, mediante una aguja de oro utilizada por la hija del Conde con gran destreza.

Las narraciones habituales quedaban aquí un poco en el aire, reanudándose con un mensaje enviado por Florinda a su padre, la presencia de éste en Toledo, la indiferencia del Rey, la marcha del padre y de la hija a Ceuta, y la cólera sorda del Conde, cuya idea fija era destruir al Rey y hundir la Monarquía visigótica. Para llevar a cabo sus propósitos don Julián entabló conversaciones con un Visir de la inmediaciones de Ceuta, llamado Musa Ibn Nusair (conocido por todos los españoles como el Moro Muza) con vistas a la invasión musulmana de nuestro País, financiada por el califato de Bagdad. 

Tengo para mí que la historia del Conde don Julián tiene muchos ingredientes añadidos, pertenecientes al periodo romántico del siglo XIX, si no es toda ella apócrifa. Porque Ceuta era entonces el último enclave del Imperio Romano de Oriente y su Gobernador debía obedecer a Bizancio. Por tanto el Conde no estaba obligado a guardar fidelidad a don Rodrigo, último de los reyes visigodos, culpables precisamente del hundimiento del Imperio Romano Occidental, en Hispania, al menos. Así que no se entiende muy bien el marchamo de traidor impuesto al pobre Conde. Sin embargo el juicio de la Historia ha sido inapelable.

Una traición más clara fue la de Bellido Dolfos, perteneciente a la nobleza leonesa, perpetrada en el año 1072. Este sujeto vivía en Zamora con su amante doña Urraca, dueña  por herencia de la ciudad, a la sazón sitiada por el Rey Sancho II, hermano de Urraca, deseoso de unificar el reino. Para salvar la precaria situación de la ciudad, Bellido fingió cambiar de campo con el propósito de atentar contra el Rey Sancho. Consiguió sus fines y huyó a uña de caballo del campamento real, seguido a corta distancia por don Rodrigo de Vivar, futuro Cid Campeador, a quien dió vida el pasado siglo en una película, el actor Charlton Heston. Bellido alcanzó un portillo de las murallas zamoranas (conservado en la actualidad como se conserva el balcón de la casa Julieta en Verona) y Rodrigo debió limitarse a lanzar con rabia, en dirección al traidor esfumado, un venablo que arrancó  chispas en las piedras de la muralla, antes de que el caballero burgalés volviera cabizbajo al campamento donde yacía el Rey Sancho.

Estas son las  historias de los dos ejemplos de  traidores, vigentes  hasta el momento,  ambas no exentas de una cierta grandeza. Pero a ellas deben añadirse los de la época contemporánea, carentes de nobleza, unas  cobardes y viles criaturas, como las definiría don Quijote. De momento debemos añadir  en  la lista  a los que dicen llamarse Joaquín Almunia (Comisario de la Competencia en Bruselas) y Alfredo Pérez Rubalcaba (Jefe de la oposición) dedicados estos días a socavar la confianza inicialmente originada en los mercados por la concesión de un crédito europeo, destinados a sanear el sector financiero español. Será mala gente.  
   

domingo, 10 de junio de 2012

El doctor Frank de Copenhague


Tratar ciertos temas, como el caso de la Ciencia española, conduce inexorablemente a la melancolía. A finales del siglo XIX, Menéndez Pelayo, Pidal, Revilla y Azcárate, y algunos otros, cuyo nombre no recuerdo, polemizaron sobre la Ciencia en nuestro País, sin ponerse de acuerdo, en absoluto. Los dos primeros decían que sí la hubo y los otros dos que ni atisbos. Años más tarde Ortega y Gasset, conocidos los argumentos de los contendientes llegó a una conclusión. Aquí no ha habido una auténtica Ciencia jamás.

Desde que el último Rey musulmán de Granada, Boabdil El Chico, marchó llorando a tierras africanas, la idea de la unidad férrea entre españoles para formar un bloque impenetrable a nuestros seculares enemigos, los de entonces y los que fueran viniendo, prevaleció siempre sobre la idea de la libertad de espíritu, convertida con el tiempo en peligroso tabú, por su capacidad disgregadora. En estas condiciones perdimos el tren de la Ciencia, que ya no hemos recuperado nunca, ni de lejos.

La primera revolución científica del siglo XVII y los avances científicos del XVIII, nos pillaron con el pie cambiado. La segunda revolución científica del XIX y la revolución industrial, fueron olímpicamente desdeñadas, ocupados como estábamos en dirimir fieramente transcendentales cuestiones dinásticas y  otras políticas, no menos importantes.

Así, bajando de escalón en escalón, nos encontramos hoy en el trazo horizontal de la L, científica y económicamente, sin saber a qué Santo encomendarnos.

Recuerdo las explicaciones que daba Spencer Tracy a Katharine Hepburn, sobre la posibilidad de que los hombres rivalizaran con las mujeres en la facilidad para llorar ("La costilla de Adán"). Pues bien este tema de la Ciencia en España,  resulta de elección para el sollozo introductorio y el llanto incontenible y torrencial de todos,  mujeres y hombres, formando un coro inmenso de plañideras y plañideros, como les gusta decir a la feministas presentes en estos andurriales.

Nuestros políticos, prácticamente todos, o tienen una formación humanística, o mire usted, carecen de los más mínimos rudimentos del saber, así que no se les puede pedir comprensión sobre el tema. Ni conocen la Historia de la Ciencia, ni en su vida han visitado un centro de Investigación científica, ni un laboratorio, ni saben nada de nada. Como mucho, algunos quizá recuerden al doctor Frank de Copenhague, famoso sabio e inventor del TBO de nuestra infancia.

Es decir, reunen todas las condiciones precisas para no acordarse de la prometida Agencia Estatal de Investigación y para cercenar sin ningún remordimiento, en 25%, los presupuestos correspondientes, tal como lo han hecho .Que inventen ellos.




sábado, 9 de junio de 2012

Pero ¿qué hacemos sin subvenciones?


La Presidenta de la Comunidad madrileña, cuya inteligencia y perspicacia aventajan con mucho a las del promedio de los políticos de la oposición, algunos y algunas verdaderas calamidades al respecto, ha incluido en el conjunto de medidas adoptadas para disminuir el amenazante déficit, la reducción del número de diputados autonómicos a su mitad, a partir de la próxima legislatura.

Ambas izquierdas españolas se oponen abiertamente a la iniciativa de la Presidenta, tanto la del manchego Cayo Lara, cutre, montaraz y bronca, defensora virtual de la legión famélica y, si viviera otra vez la coyuntura propicia para sentar las costuras al señorito, lo harían felices, como la de los socialistas divididos entre los de siempre, dispuestos a la agitación y jolgorio callejeros, aficionados a la barricada de neumáticos para cortar carreteras y los millonarios del G-20, la izquierda caviar de los exquisitos, que todos los días nos perdonan la vida.

Como carecen de un discurso sobre la cuestión mínimamente coherente, a estas alturas del siglo, hacen declaraciones improvisadas, sin sustancia, echando mano de los lugares comunes más casposos, para dar que pensar a sus huestes.

Así, dice el citado señor Lara que doña Esperanza es especialista en cortinas de humo, sin ninguna razón de peso, si bien sea este un simil fácilmente asimilable por las huestes, aunque no de cuenta de la dolorosa suspensión, también anunciada por la Presidenta de las subvenciones a sindicatos, partidos políticos y demás gentes de mal vivir.

Un tal Sr. Carmona, socialista leído, recuerda la adopción de una iniciativa semejante llevada a cabo en 1934 por el Duce italiano Benito Mussolini, creador del Fascismo.¿Captarán las huestes del Sr.Carmona la sutil relación entre esta doctrina y la Sra Aguirre?.

De momento, en la Andalucía regida, para su desgracia, por una asociación social-comunista, piensan aumentar el número de diputados autonómicos, siguiendo el principio de "mantenella y no enmendalla" que tantos triunfos ha dado a nuestro País.      

viernes, 8 de junio de 2012

Lo que hay de momento



El nuevo Fiscal General del Estado, don Eduardo Torres Dulce, es un entusiasta aficionado al cine y, según afirmó en cierta ocasión, admirador del director John Ford ("El hombre tranquilo", "Jinetes de desierto", "Fort Apache", "Río Bravo" etc). No es posible saber si en el ánimo de don Eduardo cuando le ofrecieron el cargo, y lo aceptó, pesaron las imágenes de los espacios abiertos del desierto de Arizona para cabalgar a rienda suelta en pro de la Justicia y rescatarla de manos de los facinerosos o  la posibilidad de desarrollar el carácter combativo y leal de los héroes fordianos, con John Wayne a la cabeza.

El caso es que las cuestiones consideradas por el Sr. Torres hasta el momento han acabado como podían haberlo hecho con su antecesor Conde Pumpido, o con el antiguo Ministro de Justicia Sr. Fernández Bermejo, a quienes no les importaba mancharse la toga con el barro de las razones de Estado, en el ejercicio sublime de servir ciegamente a su señor de la Moncloa.

Don Eduardo se ha mostrado partidario de suspender toda acción de la Justicia sobre cualquier indicio referido al 11-M., porque los hechos fueron ya juzgados en su día y el vagón siniestrado que encontró un periodista entrometido, ha estado bajo la vigilancia de la cadena de custodia  y no hay ninguna irregularidad en el asunto

Los hechos en que se basa la denuncia contra el presidente del Consejo del Poder Judicial (veinte viajes a Marbella en veinte fines de semana) "no son constitutivos de delito" y no me lo recuerden más, no sean pesados.

Sobre Bankia (que anunció beneficios un buen día, y quince después comenzó a señalar con timidez u "agujerito", aumetándolo poco a poco hasta llegar a los 25.000 millones de Euros desaparecidos) " la Fiscalía no prevé citar a su antiguo director, ni a nadie".

Sobre la Infanta Cristina en relación con los asuntos económicos de su marido, señala don Eduardo, "no se ha acreditado una participación efectiva y real  en tales asuntos"

Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la presencia de Bildu en las últimas elecciones municipales" su ilegalización sería un mal favor al Estado de Derecho" apunta el Sr. Torres.

En fin, que el gozo inicial ante el nombramiento del admirador de John Wayne el Justiciero,  ha quedado sumido en el pozo correspondiente. Le concedemos otros seis meses de plazo a ver si se municiona, se ata los machos y acaba con los malos.  

jueves, 7 de junio de 2012

Ánimo don Juan Manuel

Felipe V, el Rey que perdió Gibraltar

El Ministro de Asuntos Exteriores don Juan Manuel García Margallo, nombrado por el nuevo Gobierno  para sustituir a la desgracia nacional andante personificada en el Ministro Moratinos odiado con toda seguridad en ambas orillas riojanas del Ebro(1) se ganó, no hace mucho tiempo, las simpatías de los televidentes españoles, cuando le oyeron decir "¡Gibraltar español!" como saludo joco-serio a un parlamentario británico conocido, que pasaba a su lado, en una de las sesiones de la Asamblea de la UE en Bruselas.

Para entonces, los ingleses habían iniciado ya en la bahía de Gibraltar, con astucia y pérfido cálculo, la serie de incidentes protagonizados por sus patrulleras interceptando a las de la Guardia Civil del Mar, cuando éstas perseguían a los contrabandistas y traficantes de drogas gibraltareños o marroquíes, en las inexistentes aguas territoriales del Peñón, declaradas unilateralmente británicas.

Más adelante, los malos de esta película, interpretados por los ingleses aunque parezca mentira, dieron comienzo a los enfrentamientos  con los pobres pescadores de Algeciras, cuyos seculares caladeros se hallan en las famosas "aguas british".

Y en este momento preciso, el nuevo Ministro de AA.EE. se sintió intrépido y decidió tomar cartas en el asunto. Su propósito era decir cuatro cosas bien dichas a su homólogo británico, a propósito de la actitud jaque, pendenciera y prepotente de la Marina inglesa la cual, por cierto, la tenemos "atravesada", todo hay que decirlo, desde el episodio aquel de la "Armada Invencible".

Al volver de Londres el Sr García Margallo, y hacer sus primeras decepcionantes declaraciones ("que el asunto debía resolverse entre los pescadores y las autoridades civiles del Peñón") todo el mundo pudo imaginar la conversación mantenida en el palacio de St James por ambos diplomáticos, en la que casi con toda seguridad habrían salido a relucir los complejos intereses de ambas potencias, la ausencia de una calendario previsto de antemano para abordar tan complicado contencioso y ¡hombre! para hablar del destino de unas docenas de sardinas, no deberías haberte molestado en venir, "¿una copa de sherry? ¿biscuits?"

Así que, en definitiva, las patrulleras de la Navy seguirán expulsando de "sus aguas territoriales" a los pescadores andaluces  porque, según sabe don Juan Manuel a estas horas, los intereses de las potencias de segundo orden siempre prevalecen sobre los de las potencias de tercero o cuarto, como el tiempos de S M el Rey Felipe V el perdedor de Gibraltar.

(1) Recién nombrado Ministro, a Moratinos se le ocurrió decir que prefería el vino de Burdeos al de la Rioja.      

miércoles, 6 de junio de 2012

Pobre don Mariano




La presión que debe de estar padeciendo nuestro Presidente don Mariano Rajoy, es espantosa. Los que en tiempos del inefable Presidente Zapatero se deslizaban por el fondo del paisaje como sombras silentes en busca de la barca de Caronte, ahora hablan por los codos, todos a la vez, sean expertos en economía, simples aficionados o puros pirados como el alcalde Gordillo de Marinaleda (Sevilla). Este burgermeinster, seguidor de don Karl Marx, ha recuperado el discurso del Pol Pot  camboyano, de los años setenta, para dar a don Mariano las claves del asunto desde la Televisión venezolana y, de paso, arrimar el ascua a su sardina ideológica. Espero que la charla de Gordillo no haya llegado a oídos de don Mariano

El caso es que don Mariano debió aguantar ayer en su escaño del Senado, los nervios de un senador bisoño, muy excitado, recriminándole los recortes presupuestarios efectuados por el Gobierno en detrimento de la minería leonesa y, como recuerdo de tal maltrato, y en nombre de sus representados, quería dejarle un casco de minero. Se ignora si usado o no, porque el Senador no pudo sacarlo de una bolsa de plástico donde llevaba el artefacto. Algún periodista quiso añadir picante al suceso y mencionaba en su crónica un saquillo de carbón del Bierzo para añadir al casco como presente. Pero las fotos del caso, no apoyan tal fantasía.

¡Vaya temporada que está pasando don Mariano, y con él, nosotros!. Por si fuera poco, un comentarista francés decía ayer que "L´Espagne va devoir manger son chapeau". Lo que nos faltaba, masticar fieltro.

Todo parece como si, desde la calle, los viandantes vieran a don Mariano encaranado en la terraza de una casa de ocho pisos, y los bomberos en la acera, con su lona, fueran ora un poco hacia la izquierda, ora otro poco hacia la derecha, calculando donde puede estar la vertical del salto de don Mariano hacia la intervención.   

martes, 5 de junio de 2012

¡Oh tempora, oh mores!


Corona tumular de los Reyes de España (Palacio Real de Oriente, Madrid) fue realizada por orden del rey Carlos III, para figurar en las exequias de los monarcas españoles o en las aperturas ceremoniosas de las Cortes, como el día de la proclamación del rey Juan-Carlos I, en noviembre de 1975.


Era de suponer que en torno al Rey existieran expertos en el protocolo real, más o menos modificado en consonancia con los tiempos, y edecanes dedicados a vigilar discretamente con el rabillo del ojo las inmediaciones del monarca, con vistas a conseguir unos actos públicos, fuera o dentro del Palacio, sin estridencias, cuando intervinieran los Reyes, Príncipes o personas de la Familia Real.

No obstante parece oportuno preguntar ¿qué sucede en estos tiempos tan atribulados como los presentes, con tanto tropezón y tantas situaciones antes inimaginables? ¿hemos perdido el oremus?

Francamente, resulta muy molesto para muchos españoles ver, por ejemplo, cómo un impresentable sátrapa caribeño coloca su manaza sobre el hombro real para hacerse una foto, y pavonearse después enseñándola a su tribu del Orinoco, o bien aguantar a un labriego manchego, con su pelo de la dehesa al completo, sin corbata, entrado en el palacio de la Zarzuela, como quien entra en una asamblea de la Cooperativa viti-vinícola  del pueblo,  para alardear de convicciones republicanas, sin que nadie le haya preguntado nada.

Debería ser preceptivo que a esta clase de sujetos les facilitaran un libro de instrucciones, encareciendo su lectura  antes de cruzar el umbral del Palacio.

Parecía que después de tantos incidentes las cosas no empeorarían. Pues nos equivocamos. En algunas películas hemos visto cómo, por exigencias del guión, resulta absolutamente necesario impedir la marcha de un personaje que mide el suelo tras la oportuna zancadilla aplicada por otro personaje. Pues bien, esto es lo que alguien debería haber hecho ayer al Director y dueño del Banco Santander, surgido ante S.M. de no se sabe donde, y disfrazado precisamente de Banco Santander, con niki, bermudas y zapatillas deportivas rojos. Para acabar de arreglarlo el señor Botín se cuadró a dos pasos del Rey y le hizo una reverencia ridícula con las canillas al aire. Pensar que los palaciegos en tiempos de Felipe II temblaban en presencia de Su Augusta Majestad.  ¡oh tempora, oh mores!   .

lunes, 4 de junio de 2012

Estamos hartos

Sesión de trabajo en el Congreso de los Diputados

Si un periodista escarba en el pasado de los candidatos a las elecciones presidenciales de EE.UU., y encuentra en cualquiera de ellos, alguna irregularidad que, una vez publicada, merezca la reprobación de la llamada "sociedad biempensante norteamericana", debe decir adiós a su potencial electorado y sumirse en el anonimato para siempre.

Las reglas tan poco elaboradas de nuestra democracia permiten, por el contrario, a políticos con más manchas en su historial que tenían en mi época los uniformes de faena de los soldados destinados a las tareas de la cocina regimental, seguir en activo.

El prestigio de alguno, ahora recuerdo a un tal Zorrías o Zurrías, por ejemplo, está basado en haber sido fotografiado, hace más de veinte años, ejerciendo su voto en el Congreso o en el Senado, con ambas manos y simultáneamente, con un pie, en los tableros de votación de sus compañeros ausentes. Este individuo sigue en la actualidad  desarrollando su carrera política, tras haber sido vencedor en cinco o seis comicios (con papeletas de listas cerradas) durante más de treinta años, elegido por el pueblo soberano, sin haber pronunciado una palabra, lo cual es de agradecer.

Porque otros personajes públicos, dan ruedas de prensa, como un juez del Tribunal Supremo, acusado por otro magistrado de defraudar a la Hacienda pública, mediante la correspondiente tarjeta de crédito oficial (así está el patio) en veinte viajes, realizados en otros tantos fines de semana, al mismo lugar, una ciudad marítima del Sur.

A diferencia de Zorrías o Zurrías este Juez ha declarado, para rechazar las malévolas acusaciones de su compañero "que su conciencia no le reprocha nada". ¡"Pero señor mío"! podríamos contestar un tanto amoscados, como los personajes azorinianos, ¡"su conciencia no es precisamente la barra de iridio parisina, una referencia de medida, su conciencia nos importa una higa, querido señor"! Estamos hartos.     


domingo, 3 de junio de 2012

O aguantamos o nos hundimos

Palacio de Versalles

En la situación actual, económicamente estamos en un ¡ay! continuo. El descrédito de muchas instituciones, oculto hasta ahora,  aparece estos días en toda su crudeza (declaraciones del Presidente del Banco de España, del Presidente del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, de los responsables de Bankia el banco público con una agujero más profundo que la Fosa del Pacífico, etc) Además de obsoletas e ineficientes, estuvieron regidas por ineptos. Todo esto lo saben de sobra los inversores de los mercados mundiales, que obran en consecuencia, dándonos continuos sobresaltos.

Los políticos que nos metieron con tanta alegría, prácticamente desarmados con semejantes instituciones, en el  nuevo sistema monetario del Euro, es decir, en el ambiente de las naciones ricas europeas ¿conocían el entramado científico-industrial de estos países, que daba su auténtico valor al euro, o los habían visitado, en el mejor de los casos, dedicados al turismo familiar, admirando castillos, catedrales, bulevares, ríos y montañas, y llegada la hora, solicitando del intérprete la dirección de un buen restaurante típico?

Es de suponer que algunos economistas, jóvenes y no tan jóvenes, sin voz ni foro donde expresarse en sus respectivos países pobres, conocieran los peligros a que se exponían entrando en ambientes económicos tan distintos. Pero no tuvieron la oportunidad de decir una palabra, y aunque la hubieran tenido, nadie les hubiera hecho caso, tan ansiosos como estaban nuestros responsables políticos de contar con una moneda poderosa, incluso más que el dolar, venerado durante toda nuestra vida, y hartos de verlo de lejos en las películas de Hollywood.

Pasadas las alegrías que originaron en su día los fondos europeos de compensación concedidos por los países ricos a los pobres, y alegremente consumidos por éstos, se acabó la fiesta cuando se repitió una situación semejante a la de 1929 en 2006-2007.

Y aunque la cosa no tenga ya remedio, el desastre económico originado en los pobres  es posible que algún día llegue a producir en algún rincón de la conciencia de los ricos, algún acto de contrición (expresado en un libro o en una tesis doctoral) sintiéndose culpables de haber visto en los pobres, simples mercados para sus productos, considerándoles, en el fondo víctimas, por supuesto no del todo inocentes, de su codicia

Al igual que los berlineses han conservado en el centro de su ciudad, como recuerdo de la guerra alemana de agresión, una iglesia bombardeada con su torre semidestruída, aquí en España deberían conservar, con los debidos cuidados de mantenimiento, el aeropuerto internacional manchego "Don Quijote", como perenne monumento a la estulticia de los políticos.          

sábado, 2 de junio de 2012

Así no

Plaza Mayor de Valladolid

Los pobres actos conmemorativos del "Día de la Fuerzas Armadas" celebrados hoy en Valladolid, han tenido como escenario único la Plaza Mayor de la ciudad.

Doce soldados que simulaban pertenecer a cuatro antiguos regimientos de la Corona, vestidos y armados a la usanza de los años finales del siglo XVIII y primeros del XIX, han evolucionado un poco por la Plaza tras la bandera blanca con la Cruz de San Andrés, despertando nuestros recuerdos, de Josefina y míos, cuando asistimos precisamente en un teatro de Valladolid, a una representación de la zarzuela "La canción del olvido", con los soldados de aspecto muy semejante a los de esta mañana, entonando con marcialidad la canción  "Soldado de Nápoles, que vas a la guerra...". Desaparecían entre los bastidores de la derecha y reaparecían por los de la izquierda, una y otra vez. Los espectadores notaron enseguida el truco de las vueltas, porque tenían como referencia un soldado notoriamente bajito, con su fusil y su bayoneta calada, comparativamente interminable. Esta mañana miraba la pantalla de la TV y me preguntaba de quién habría sido la ocurrencia de sacar a relucir a los soldados napolitanos en semejante ocasión. 

Dada la susceptibilidad popular reinante sobre la situación ruinosa de las arcas del Estado, las terminales noticiosas del Ministerio del ramo se han apresurado a dar cuenta de los gastos originados en esta conmemoración, cifrados como 85% inferiores a los del año pasado en ocasión semejante, que tampoco fue gran cosa, o como para echar cohetes según la expresión local, donde son muy aficionados a las fiestas con pólvora.

Vistos, por ejemplo, los acongojantes desfiles, para nosotros los occidentales, de las unidades chinas marchando por la Plaza Tiananmen de Pekin, tal como los facilita Internet, aconsejaría a las autoridades responsables del espectáculo vallisoletano de esta mañana, no repetir la experiencia ahorrándose el 15% gastado para mejor ocasión  sin deprimir más al personal, que bastantes esfuerzos hace, en la tesitura actual, para disimular.