El nuevo Fiscal General del Estado, don Eduardo Torres Dulce, es un entusiasta aficionado al cine y, según afirmó en cierta ocasión, admirador del director John Ford ("El hombre tranquilo", "Jinetes de desierto", "Fort Apache", "Río Bravo" etc). No es posible saber si en el ánimo de don Eduardo cuando le ofrecieron el cargo, y lo aceptó, pesaron las imágenes de los espacios abiertos del desierto de Arizona para cabalgar a rienda suelta en pro de la Justicia y rescatarla de manos de los facinerosos o la posibilidad de desarrollar el carácter combativo y leal de los héroes fordianos, con John Wayne a la cabeza.
El caso es que las cuestiones consideradas por el Sr. Torres hasta el momento han acabado como podían haberlo hecho con su antecesor Conde Pumpido, o con el antiguo Ministro de Justicia Sr. Fernández Bermejo, a quienes no les importaba mancharse la toga con el barro de las razones de Estado, en el ejercicio sublime de servir ciegamente a su señor de la Moncloa.
Don Eduardo se ha mostrado partidario de suspender toda acción de la Justicia sobre cualquier indicio referido al 11-M., porque los hechos fueron ya juzgados en su día y el vagón siniestrado que encontró un periodista entrometido, ha estado bajo la vigilancia de la cadena de custodia y no hay ninguna irregularidad en el asunto
Los hechos en que se basa la denuncia contra el presidente del Consejo del Poder Judicial (veinte viajes a Marbella en veinte fines de semana) "no son constitutivos de delito" y no me lo recuerden más, no sean pesados.
Sobre Bankia (que anunció beneficios un buen día, y quince después comenzó a señalar con timidez u "agujerito", aumetándolo poco a poco hasta llegar a los 25.000 millones de Euros desaparecidos) " la Fiscalía no prevé citar a su antiguo director, ni a nadie".
Sobre la Infanta Cristina en relación con los asuntos económicos de su marido, señala don Eduardo, "no se ha acreditado una participación efectiva y real en tales asuntos"
Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la presencia de Bildu en las últimas elecciones municipales" su ilegalización sería un mal favor al Estado de Derecho" apunta el Sr. Torres.
En fin, que el gozo inicial ante el nombramiento del admirador de John Wayne el Justiciero, ha quedado sumido en el pozo correspondiente. Le concedemos otros seis meses de plazo a ver si se municiona, se ata los machos y acaba con los malos.
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