visitas

lunes, 4 de junio de 2012

Estamos hartos

Sesión de trabajo en el Congreso de los Diputados

Si un periodista escarba en el pasado de los candidatos a las elecciones presidenciales de EE.UU., y encuentra en cualquiera de ellos, alguna irregularidad que, una vez publicada, merezca la reprobación de la llamada "sociedad biempensante norteamericana", debe decir adiós a su potencial electorado y sumirse en el anonimato para siempre.

Las reglas tan poco elaboradas de nuestra democracia permiten, por el contrario, a políticos con más manchas en su historial que tenían en mi época los uniformes de faena de los soldados destinados a las tareas de la cocina regimental, seguir en activo.

El prestigio de alguno, ahora recuerdo a un tal Zorrías o Zurrías, por ejemplo, está basado en haber sido fotografiado, hace más de veinte años, ejerciendo su voto en el Congreso o en el Senado, con ambas manos y simultáneamente, con un pie, en los tableros de votación de sus compañeros ausentes. Este individuo sigue en la actualidad  desarrollando su carrera política, tras haber sido vencedor en cinco o seis comicios (con papeletas de listas cerradas) durante más de treinta años, elegido por el pueblo soberano, sin haber pronunciado una palabra, lo cual es de agradecer.

Porque otros personajes públicos, dan ruedas de prensa, como un juez del Tribunal Supremo, acusado por otro magistrado de defraudar a la Hacienda pública, mediante la correspondiente tarjeta de crédito oficial (así está el patio) en veinte viajes, realizados en otros tantos fines de semana, al mismo lugar, una ciudad marítima del Sur.

A diferencia de Zorrías o Zurrías este Juez ha declarado, para rechazar las malévolas acusaciones de su compañero "que su conciencia no le reprocha nada". ¡"Pero señor mío"! podríamos contestar un tanto amoscados, como los personajes azorinianos, ¡"su conciencia no es precisamente la barra de iridio parisina, una referencia de medida, su conciencia nos importa una higa, querido señor"! Estamos hartos.     


1 comentario:

  1. Efectivamente según he leido el juez de los viajes ha declarado que se trataba de "una miseria". La verdad es que menuda conciencia pública tiene los cargos públicos! y eso que han pasado oposiciones. Me uno a tu hartazgo. Muchos beso. Beatriz

    ResponderEliminar