Las fosas de Garzón (1)

Propaganda, en el metro de Madrid, del Referéndum nacional para la reforma política. 15 de diciembre de 1976

Los fusilamientos iniciales, incontrolados, sin formalidades, perpetrados durante los tres o cuatro primeros meses de la guerra civil española (1936-1939) en las dos zonas contendientes, dieron lugar a enterramientos en fosas hechas a toda prisa, carentes de registros, sin ninguna clase de identificación.

Los motivos más comunes por los cuales habían sufrido las víctimas la vesania inicial desatada, fueron muy semejantes en ambas zonas: ser alcaldes y concejales de los Ayuntamientos, o pertenecer a partidos políticos o sindicatos, y hallarse en el lado equivocado; por ir a Misa los Domingos o por no ir, por ser acreedores de los victimarios o tener litigios con éstos, por odios más o menos reprimidos, etc. Además, en las zonas campesinas del Frente Popular, por tener más fanegas de secano que el vecino denunciante y en las ciudades, por pertenecer a determinados grupos sociológicos: aristócratas, militares, religiosos, burgueses con fortuna, etc

Desde el periodo de la Transición (1975-78), los parientes o descendientes de las víctimas, que lo desearon y mediante los oportunos permisos judiciales, pudieron hacer excavar las fosas de lugares conocidos por algún raro testigo o señalados por la tradición popular, de manera que pudieran enterrar, con la debida ceremonia, los restos hallados en los camposantos correspondientes.

Poco a poco fueron difuminándose, por desaparición paulatina y natural de los actores, e incluso de los simples espectadores de la tragedia, rencores y odios que esta había despertado, y así lo entendieron los políticos, de todos los signos, autores de la Transición y del paso pacífico de la Dictadura a la Democracia.

Pero transcurridos veinticinco años de este paso, nuevos políticos doctrinarios insensatos, obsesionados por el poder, como Hitler había soñado con el Reich de los mil años, quisieron "transformar la sociedad española a su imagen y semejanza" al tiempo que arrinconaban a la oposición, y no tuvieron otra ocurrencia que monopolizar la extracción discriminada de restos de víctimas de la guerra civil a "bombo y platillo", a los setenta años de ocurridos los hechos, como "plato fuerte" de su entendimiento de la convivencia nacional, con la ayuda del ex-Juez Garzón y de sus partidarios togados y  otros nostálgicos, evidentemente tocados. (mañana sigo)