Con la conquista de la Democracia por todos los españoles, los socialistas andaluces entendieron que si un campesino sin tierra equivalía a un voto, su mantenimiento en el poder "per secula seculorum" dependía de su habilidad para comprar los votos de los jornaleros del campo y, por tanto, comprar a los jornaleros.
Así que abandonando la idea primitiva de algún soñador, de convertir Andalucía en la California de Europa, empeño éste para el que se encontraron sin fuerzas, sin capacidad y todo sea dicho, sin las luces necesarias, prefirieron dedicar toda su energía a crear una sociedad andaluza subvencionada o subsidiada, "que comiera en su mano"
Una vez emprendido este camino, los propios socialistas más conspicuos perdieron la orientación, la perspectiva, que decía el personaje de C.J.Cela, el oremus y el más mínimo sentido de la vergüenza, la torera y la corriente o habitual del ciudadano común.
Hasta el Fondo Monetario Internacional, conociendo el paño, tiembla ante la situación hacendística andaluza que pueden encontrar los vencedores de los próximos comicios autonómicos el día 25 de marzo, dejada por unos socialistas desmoralizados, literalmente hundidos en una ciénaga de corrupción creciente, a medida que pasan los días.Casi ni se les oye defenderse débilmente.
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