La masa opinante

Palacio Real. Madrid

S.M. el Rey don Juan Carlos tachó en su discurso anual del pasado mes de Diciembre, de conducta "poco ejemplar" la de su yerno, el Duque de Palma, refiriéndose a los negocios ducales. Ignoro cómo calificarán los jueces, en su día, las actividades del Sr. Duque en torno a una Fundación  supuesta "de fines no lucrativos" y a distintas empresas relacionadas con la misma Fundación, dispuestas para  hacer más turbias sus maniobras administrativas y financieras, consistentes en la obtención de fondos públicos y privados destinados a cuentas del Duque y de sus socios, situadas en paraísos fiscales, al abrigo de la voraz Hacienda pública española siempre insaciable.

Alguien ha tenido interés en que la masa de contribuyentes llegue a la misma ó parecida conclusión expuesta por Su Majestad, mediante las sucesivas filtraciones de la instrucción llevada a cabo por el Juez de Palma de Mallorca. Así que, como era lógico, dicha masa ha llegado al punto pretendido por la mano misteriosa, declarando culpable al Duque de conducta poco ejemplar.

En consecuencia, los periodistas amantes del morbo, quieren saber cuál es el estado de ánimo de todos los miembros de la familia real a su alcance, a propósito de los negocios del garbanzo negro ducal, e importunan sin descanso a unos y otros.

La parte más débil de la familia, la Infanta Cristina, esposa del Duque, se queja amargamente en Washington, donde reside con su marido e hijos, del acoso períodístico, el mismo Duque, avistando en sus cercanías, hace pocos días, a periodistas españoles, reaccionó sin decir palabra, poniendo pies en polvorosa, y dejando en su "sprint" varias manzanas atrás en pocos segundos, carrera esta que no corrobora precisamente una conducta ejemplar, y la Duquesa de Badajoz, hermana del rey, más expeditiva, espetó ayer en Sevilla, a la preguntona de turno: "¡a callar"!.  La periodista pudo haber contestado a la Duquesa : pues mire Su Alteza por dónde llega tarde, porque aquí la masa opinante ya ha emitido su veredicto.