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martes, 7 de febrero de 2012

Gastronómica

Los socialistas Antonio Rodrigo Torrijos y Fernando Mellet comparten mariscada.

Alfonso Guerra el político socialista que fue vicepresidente con Felipe González durante tres legislaturas, se dirigía  a las masas campesinas andaluzas sedientas de justicia social, cuando era joven,  sazonando sus charlas y mítines con sarcasmos sobre la sempiterna clase dominante formada por los señoritos: "¡esos que saben manejar tan finos la pala del pescado! ¡a esos les daba yo una pala para que se deslomaran en el campo...!". Las masas  reían satisfechas con ese tipo  de humor abandonado ya por Guerra, a estas alturas, cumplidos los setenta y dos.

Resulta llamativo que los socialistas como grupo pusieran desde el principio de su carrera política el acento en las cosas del yantar, a causa quizás de las privaciones pasadas por algunos durante su infancia. Cosas freudianas, sin duda. Los camareros de los restaurantes madrileños de lujo, sabían quienes eran sus clientes desde  que abrían la boca para hacer la demanda, "¡a mí lubina!" decían, dándose prisa  por temor a que se acabara el  preciado pescado de sabor recientemente descubierto.

Durante los años sucesivos hemos visto, perpetuados por documentos gráficos, tanto en España como en el extranjero, a dirigentes socialistas, en supuestas comisiones de servicio rodeados, orondos y felices, por fuentes repletas de apetitosos mariscos, levantando las correspondientes jarras de cerveza en alegres brindis, dispuestos a sacrificarse por el proletariado. Ya era hora. 

Anoche recordaba estas cosas de fondo gastronómico, porque se presentó en los estudios de Intereconomía el nuevo alcalde de Alcorcón (Madrid) para contar a los televidentes sus cuitas a propósito de las deudas dejadas por su antecesor socialdemócrata, cifradas en 53 millones de euros confesados, aunque la deuda real asciende a 612 millones, contabilizados simplemente sumando facturas sin pagar de hoteles, viajes, restaurantes, etc y de alguna fruslería más como  la reconstrucción de un palacio ¡en Montevideo! que los vecinos de Alcorcón, el pueblo pagano, se verá obligado a abonar  en un futuro inmediato. Algunas de estas facturillas alcanzaban de los 400 euros a  los 1000 euros... el cubierto, si bien en este caso sea preciso puntualizar a los contribuyentes, la manera tan vertiginosa que han tenido, estos últimos años, de aumentar los precios de los vinos de Vega Sicilia y los marcados para sus caldos espumosos por la insaciable viuda de Clicquot. Una vergüenza.   

1 comentario:

  1. Gracias papá. Lo que no cabe en la cabeza es que si estos políticos criticaban el comportameiento y "aprovechamiento" de los ancestros privilegiados hayan actuado al tener la posibilidad igual o peor. Desde luego de "socialistas" nada. ¡Qué pais! Muchos besos! Beatriz

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