Se nos escapó a Bruselas

El Presidente Zp nos ha dejado a los españoles de una pieza al firmar en Bruselas, sin una palabra de aviso cortés, nuestra inclusión "velis nolis", en el nuevo sistema de defensa antimisiles de la OTAN, y nadie sabe si tal firma ha sido una especie de mensaje de tierna despedida enviada al ingrato Presidente Obama en recuerdo de un gran amor transatlático imposible, o en desagravio por el desgraciado asunto de la bandera de las barras y las estrellas, o bien una manera de mostrarnos su despecho porque nadie ha parado mientes en su Alianza de Civilizaciones, la niña de sus ojos, que para él quedaba bastante chuli.

Seguramente ese despego por la opinión pública, tan despreciada en esta ocasión, sea un pronto mayestático, que ya sintieron otras grandes figuras de la Historia, al marchar carentes del afecto y del calor de las multitudes. Así que vuelve al punto de partida con una Sonsoles pensando únicamente en el decorado de su nuevo chalet de León y en sus viajes París-Londres. Y él se va con el sentimiento amargo de no haber acabado su obra, iniciada con aquel impulso juvenil y aquella sonrisa que le hicieron famoso.

Porque, en definitiva, para él, lo apetecible hubiera sido volar la Basílica del Valle de los Caídos, a la mayor gloria de su abuelo, el capitán de los leguis. Algún día su sacrificio será reconocido cuando Suso del Toro le escriba sus memorias.