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sábado, 8 de octubre de 2011

Políticos calamitosos



Uno de los estereotipos de las gentes del Sur, entre las que figuramos sin remedio los españoles, es nuestro  respeto tan descriptible por la ley, la cual generación tras generación no acaba de ser interiorizada  del todo por la ciudadanía, ni identificada como el ingrediente principal de la convivencia nacional, tan malparada en los tiempos que  corren.

Este fallo se hace más notorio cuando los más obligados a servir la ley y acatarla, son los políticos con responsabilidades de gobierno, quienes por el contrario la ignoran olímpicamente, en ocasione a la vista de todo el mundo, caso del Presidente saliente, y en otras, las más frecuentes, sin tanta publicidad ó con nocturnidad.

Durante los últimos meses, distinguidos miembros del calamitoso Gobierno actual, han exhibido su facilidad para pasar por encima de la ley, sin descender a dar explicaciones a nadie, aunque, eso sí, siguiendo una parodia de los usos democráticos para la galería, como quien contenta a unos niños especialmente molestos, creyéndose poco menos que nacidos de la cabeza de Abraham Lincoln.

Lo malo de la politiquería al uso, consiste en que estos políticos de pacotilla no asumen la importancia real  de los cargos que desempeñan, importancia que les obligaría a adoptar unas actitudes de seriedad interior, confundida casi siempre con la adustez y el ceño fruncido, en las antípodas de su personalidad de chisgarabís, de suyo dicharachera y jacarandosa.

Todo esto viene a cuento de los recientes espectáculos que nos han ofrecido los actuales administradores de la cosa pública de Andalucia, ó el mismo Sr Bono antiguo administrador de La Mancha (tercera autoridad de la Nación ) tratando en público despectivamente, a un periodista, identificándole con su nombre y tachándole de "ese calvo...", o el Sr Blanco, Ministro portavoz del Gobierno, citándose de noche con un industrial encausado por corrupción, en un lugar discreto de Guitiriz (Lugo),  para tratar de "cuestiones privadas" y convocando después ruedas de prensa en el Palacio de la Moncloa, sede del Gobierno, para defender sus asuntos particulares y la absoluta transparencia de su vida..

Todos estos políticos tienen, y han tenido durante sus mandatos, una notable empanada mental, confundiéndolo todo, que en el último de los casos citados es gallega, claro.

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