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El Sr. Embajador de España en Varsovia, quiso celebrar la victoria del equipo español de fútbol sobre el francés en el curso del último Campeonato Europeo, invitando a los deportistas, a sus familiares y amigos, a una velada en la Embajada.
Pero en lugar de una recepción adecuada para que todos los contribuyentes apreciáramos la clase de nuestro cuerpo diplomático y el estilo con que se gastan nuestros euros por esos mundos de Dios, el Sr. Embajador se deslizó por la vertiente chabacana de los jolgorios carpetovetónicos, de los que estamos hartos.
Para qué apuntar más detalles. Una birria de fiesta impropia, incluso de cualquier "Hogar del trabajador español" perdido en la Renania o en los Cantones suizos.
Otro caso.Una diputada del partido del Gobierno en un pleno del Congreso, hace escasos días, lanzó una grosería de grueso calibre a la Oposición, claramente legible en sus labios, mientras sus compañeros de partido aplaudían, misteriosamente motivados, la lista de recortes de salarios y de aumentos de impuestos abatidos sobre la inerme población civil, leída desde la tribuna de oradores por el Sr Presidente.
Dos ejemplos de conductas reprobables, protagonizados por dos altos servidores del Estado, cuya actitud frente a la prensa y las cámaras debería ser ejemplar, irreprochable.
Como no es así, sino todo lo contrario, inclinemos nuestras cabezas y formulemos una silenciosa plegaria: "¡Señor, Señor! ¡Ten a bien modificar en profundidad nuestro genoma, porque somos unos impresentables!"
Hola papá: gracias por el blog. La verdad es que los cambios en el genoma son lentos por mutaciones y evolución. Los cambios que necesitamos son de educación. El dilema entre la influencia de la herencia y del entorno. Todo juega un papel pero este último es indudable.
ResponderEliminarLo que no entiendo es qué hace como diplomático en Polonia una persona tan poco elegante. Lo mismo la diputada que por su comentario debería dimitir de la cámara y dejar todos los privilegios que pagamos todos (y luego decir todos ¡que se aguante! - que es un poco más fino que lo que ella se ha tenido a bien pronunciar).
Un fuerte abrazo y hasta pronto, Beatriz