Pilar Manjón
A estas alturas, los políticos populares encargados de las labores del gobierno, y sus votantes, por mucha mayoría que fueran en su momento, conocen ya la existencia de asuntos de Estado o mejor, de secretos de Estado, cuyo destino es permanecer años y años bajo siete llaves.
Durante la campaña electoral, se sobreentendió que una vez en el poder, los populares impulsarían las investigaciones judiciales en torno a la cooperación de determinados policías nacionales con la banda terrorista ETA, teniendo como epicentro el Bar "Faisán" de Irún.
Algunos esperaban también un juicio serio del caso 11-M para sustituir al paródico de la Casa de Campo, alentados por el hallazgo de un coche de viajeros perteneciente a uno de los trenes siniestrados, arrumbado en un chamizo de las cercanías de Madrid al resguardo de miradas indiscretas.
Estas esperanzas parecieron justificarse por el nombramiento de un nuevo Fiscal General del Estado, en sustitución del Sr. Conde Pumpido, tan complaciente con las autoridades socialistas y esquivo con la idea de la Justicia que tiene el ciudadano corriente.
Pero el nuevo Fiscal General Sr. Torres Dulce, fué oportunamente avisado, con el desgarro que la caracteriza, por la Sra Manjón, ajena a la Administración del Estado, encargada por los Sindicatos, igualmente carentes de representatividad, de pronunciar la frase "cuidado, a ver qué hacemos".Soviéticos que somos.
La doctrina oficial socialista, al parecer adoptada ahora por los populares, en el caso de los trenes, la del "Faisán ni siquiera ha sido enunciada, fué recordada por la Sra Manjón, para que el sr. Fiscal, ojalá me equivoque, procediera a su deglución al tiempo de enterarse de quien manda por estos pagos, en según qué asuntos. La calle es nuestra.
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