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martes, 17 de abril de 2012

Cariños de ida y vuelta


Concluida la Segunda Guerra Mundial, resultaba de buen tono entre las naciones vencedoras, mirar de soslayo, con gestos de desagrado, al General Franco, considerado una especie de usurpador atípico. España era un Estado anacrónico sin cabida en el mundo nuevo que había formulado la declaración de los derechos humanos y vencido al fascismo.

En aquellos momentos fue preciso comenzar a alimentar nuestra autoestima con los recursos propios, bien es verdad que inmateriales, empezando por las glorias patrias, para no ahogarnos en nuestras penas. Que si Gibraltar español, que cuanta envidia nos tienen, que debe ser por los Tercios de Flandes y el Descubrimiento, que si el último discurso transcendental del Caudillo, etc.

Pero la vida del día a día se hacía cada vez más cuesta arriba. Basta con mirar ahora los periódicos de la época en las hemerotecas, y leer los avisos semanales de los alimentos vendidos contra la entrega de los cupones correspondientes de las cartillas de racionamiento, y considerar los gramos  que constituían las raciones asignadas a cada súbdito por la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT)

Y entonces, como en las películas de Hollywood, se produjo el milagro salvador: El general Perón Jefe del Gobierno de la República Argentina, anunció al mundo, en claro desafío a las plutocracias europeas, envíos de miles y miles de toneladas de trigo, de carne y de otros artículos de primera necesidad, para que la vieja y cuasi-caquéctica España no se muriera de hambre.

Desde la Casa Rosada de Buenos Aires debieron oir los sollozos de agradecimiento que se elevaron como un clamor inmenso desde toda España.

Pero los malos, siempre al acecho, pensaron en hacer caja, y previos los contactos de rigor con las partes interesadas, hicieron que los barcos de trigo, enviados por Argentina hacia España, y pagados a un precio inferior al del mercado, se desviaran a puertos de las plutocracias europeas, tan odiadas por Perón.

Los estudiantes de Madrid organizaron una manifestación de protesta ante el Ministerio de Trabajo, y exigieron la presencia del Ministro del ramo en un balcón del Ministerio.Tras media hora de repetir "sal al balcón, sal al balcón" (fragmento de una canción de la época), el Ministro Girón salió por fin al balcón y todos los manifestantes notamos los esfuerzos ímprobos que hizo para indignarse golpeando débilmente con el puño el antepecho del balcón y pedir un severo castigo para los corruptos.

Más adelante, el general Perón se enfadó con nosotros tras habernos salvado la vida, y secuestró una colección de cuadros de una antiguo prócer español que vivió muchos años en la República del Plata y pensaba repatriarlos, hasta que no le pagáramos lo estipulado en el famoso protocolo Franco-Perón.

Pasado el tiempo  el General Perón debió calmarse de la indignación que le originamos, hasta el punto de vivir su exilio durante muchos años en Madrid. Y recién ahora, como dicen por allí, tenemos el asunto de la expropiación con arteras artimañas por la Presidenta argentina Kirchner, de la Empresa Repsol, y parece que estamos "de morros" otra vez, después de habernos querido tanto.  
   

2 comentarios:

  1. Ya estamos de vuelta después de haber corrido Javier la Marathon de Boston!
    ha sido una de las carreras más duras que ha corrido porque (será por el cambio climático) ha hecho un calor terrible, superando los 30 º Pero llegó, y a pesar de hacer 4 horas 15 min, llegó entre los 12000 primeros corredores (eran 27000) y creo que el 1000 de su categoría.
    os mandamos muchos besos!!!!!

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  2. Enhorabuena al atleta.Buena hidratación y,por favor, vigilancia profesional. Muchos besos a todos

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