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miércoles, 25 de abril de 2012

La primera y la última


Me refiero con este título a las mentiras dirigidas por el ex-Presidente y actual Consejero de Estado Zapatero, a las huestes de sus súbditos crédulos que se afanan buscando el sustento diario en la Carpetovetonia eterna.

Según la primera mentira, inventada junto a otros cómplices, por el muchacho fabulador de León, nacido en Valladolid, éste dio pábulo con entusiasmo a la idea de los "terroristas" suicidas "encontrados" con ropa interior triplicada y totalmente rasurados, entre las víctimas mortales del atentado del 11 de Marzo de 2004.

Por un momento pensé que se habría inspirado en el film "Paradise now", donde se cuentan las "purificaciones" rituales de dos terroristas palestinos, llevadas a cabo antes de cometer sus atentados en Israel. Pero la película, según Internet, es un año posterior a la matanza de Atocha. En consecuencia, nuestro hombre debió inspirarse en algún otro relato que le contara su amigo el periodista Gabilondo, otro punto filipino. 

A partir del día 12, nos enteramos de sus llamadas a varios directores de periódicos (tan sólo uno, el de "El Mundo, lo ha contado) mintiéndoles sobre los supuestos hallazgos de terroristas "inmolados" en los trenes, por cierto, hecho  rotunda y secamente desmentido por la médico forense que dirigió las autopsias de las víctimas.

Pero el mendaz leonés siguió a lo suyo, manteniendo los embustes impávido, sin rectificar hasta hoy, a menos que, entre lágrimas, se haya confesado a sus compañeros del Consejo de Estado. Al mismo tiempo las multitudes carpetovetónicas cercaban las sedes del partido en el Gobierno, el día catorce, en protesta por el envío de tropas españolas de ocupación a Irak para repartir agua embotellada entre los naturales del país. Y así se produjo el vuelco electoral al día siguiente, dada la idiosincrasia, de reacción instantánea ante los estímulos, de los carpetovetónicos. 

La última mentira del Consejero de Estado, lanzada minutos antes de abandonar la Presidencia, consistió en cifrar el déficit español en 6%, conociendo de sobra que la realidad superaba esta cifra en 2,5 puntos. Total, poca cosa, si tenemos en cuenta que el Consejero nos ha dejado a los contribuyentes un pufo de unos cinco mil millones de millones de pesetas, peseta más o peseta menos, como diría mi cuñado José que se le daban muy bien este tipo de cálculos.           

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