Pepiño se pasó

Las bases teóricas que permiten entender la desquiciada conducta del actual Ministro de Fomento y Portavoz del Gobierno, fueron establecidas  por la Ministra Carmen Calvo del primer gobierno Zapatero, al definir el dinero de la Hacienda Pública y, por extensión, de las grandes corporaciones, como "res nullius" (cosa de nadie) 

En cuanto a los antecedentes de las desordenadas actividades corruptas desarrolladas en las filas ministeriales socialistas durante los últimos años, hasta el escalón de los subsecretarios, son muy numerosos, y todos los casos fueron denunciados en su día por la prensa escrita, y no por la Fiscalía, teórica defensora de los intereses del Estado, porque de hecho ésta siempre  ha defendido los intereses del Partido del Gobierno, dada su politización,  introducida por los socialistas,  que siempre ha querido enterrar a Montesquieu y en ocasiones lo han conseguido.

Ahora bien don José Blanco, el debelador más notorio de los políticos corruptos pertenecientes a la oposición, ha traspasado todos los límites, todas las líneas rojas habidas y por haber, en cuanto se trata precisamente de la corrupción.Y no por las de las comisiones que ha cobrado a cambio de sus servicios de intermediación en otros Ministerios, prestados a industriales gallegos más que dudosos. Se trata del planteamiento de uno de los negocios  más siniestros en los que quiso participar. Si las informaciones periodísticas son ciertas, consistía en la recogida de los medicamentos desechados en las farmacias por los clientes (a causa de rebasar la fecha de su caducidad, o por cualquier otra causa); su nuevo envasado en Andorra, lejos de las miradas indiscretas y su venta en los países subsaharianos. El rendimiento anual  previsto de la exportación  de tales " medicamentos" ascendía a cincuenta millones de euros.  El Ministro Blanco pidió tomar parte en la canallada ante testigos. Sin comentarios, de momento.