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lunes, 7 de noviembre de 2011

Esto nos pasó


Once años atrás, éramos un país de la Unión Europea de un digno pasar, con un recuerdo muy vago ya de la pobreza padecida en otra época. De la noche a la mañana, al adoptarse un nuevo sistema monetario común, pensó poder codearse con los países ricos del Continente. Los políticos, henchidos de importancia, sintiéndose poco menos que inventores de la Democracia, se hacían abrir las puertas de sus limusinas para sentar sus delicadas posaderas en mullidos asientos, y a ratos se quejaban de sus sueldos comparativamente bajos al lado de los devengados por sus colegas extranjeros británicos, franceses, alemanes y demás.

Los responsables del dinero público, pertenecientes a todos los niveles de la Administración Pública, se sumergieron en las delicias sin fin de una orgía de gastos suntuarios, que ríase Vd de los faraones de la XVIII dinastía. 

Ninguno de los políticos de las limusinas prestó atención a unos sistemas productivos y exportadores y a unos servicios que seguían rindiendo, más ó menos, como  hacía veinte años, y los "puentes" laborales españoles, comenzaron a llamar la atención allende los Pirineos, como un aspecto más de nuestro floklore nacional.

De repente la ola gigante de la crisis americana, golpeó con fuerza a la economía española, y el tantarantán consiguiente fué homérico.  Dos o tres años después, el Presidente Zp presa de una especie de perlesía infantil cerebral, intentó tapar las vias de agua del sistema económico, que juzgó simples condensaciones de humedad y se sumergíó en una serie de iniciativas a cual más tonta, sin que ninguno de sus colaboradores abriera el pico. Cuando la canciller Merkel le llamó la atención, cayó en una situación catatónica en la que aún  permanece, sin darse cuenta de lo chorizo que le ha salido su portavoz.

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