En nuestro viaje a Roma por carretera, durante el verano de 1981, en el primer pueblo italiano que encontramos pasada la frontera francesa por Menton, entramos en una tienda y, a modo de saludo, se me ocurrió decir a la dependienta: "¡en Italia tengo vibraciones positivas!". La buena mujer iluminó su cara con una sonrisa expresiva porque me entendió a la perfección.
Después pensé que el embarque, desde algún punto de aquella costa, de las primeras legiones romanas destinadas a conquistar la vieja Iberia, había tenido aquella microscópica y feliz repercusión, la sonrisa de la mujer, dosmil doscientos años después de ocurridas las actividades guerreras de los latinos.
No piensa lo mismo sobre las expediciones históricas la señora Elisabeth Monasterios, nueva Directora del Departamento de Español de la Universidad de Pittsburgh, porque esta señora odia la memoria de las compañías armadas españolas conquistadoras de Bolivia, el recuerdo de España y, por extensión, aborrece el acento español, ya ve usted la culpa que pueda tener de nada nuestra manera, un tanto brusca, de hablar, comparada con la forma dulce y suave de los bolivianos, sean quechuas o aymarás, al expresarse en la lengua del Imperio del rey Carlos.
El caso es que la señora Monasterios no ha renovado el contrato, por su "acento europeo", a doña Sarah Williams, de origen norteamericano, profesora de español del mismo Departamento, aprendiz aventajada de nuestra lengua durante los ocho años pasados en la Universidad Europea de Madrid, enseñando inglés.
La boliviana ha querido deshacerse de la estadounidense porque odia nuestro acento transmitido a los alumnos de la Universidad de Pittsburgh por la señora Williams. La demanda interpuesta por ésta, se halla en un Tribunal federal de Pennsylvania. Esperemos que los Jueces federales pongan en su lugar la musicalidad de los idiomas, sin considerarla una circunstancia agravante, y que la señora Monasterios se vea obligada a readmitir a la señora Williams en su Departamento.
!Que cada uno hable como pueda! Las lenguas son para hablarlas y nadie tiene derecho a descriminar a nadie porque hable con un acento determinado.
ResponderEliminarCarme Valverde Ferreiro
Hola Carme!!
ResponderEliminarPues opino exactamente lo mismo!!
La verdad es que por aquí también tienen su acento! Y lo peor es que una misma palabra signifiquen dos cosas tan distintas!
Besos para todos!!