En el presente desconcierto económico de la vida española, vistos los siniestros nubarrones económicos que se ciernen sobre nosotros, más de uno estará pensando en un milagro salvador, Algo así como el descrito en las escenas finales de la película "¡Qué bello es vivir"!, con la salvación por suscripción popular, del banquero arruinado.
Los políticos profesionales, muy duchos en deslizar las responsabilidades de lo que sucede sobre los hombros de los demás, aseguran que la culpa es de todos, porque hemos vivido a lo grande, como "si fuéramos ricos, pero sin serlo". Y se quedan tan frescos. De esta manera artera siembran el sentimiento de culpa en aquellos que fatalmente serán los que corran con los gastos. Porque ¿quién no ha tenido una pequeña alegría ó cometido un pequeño desliz económico, durante los últimos siete años?.(1)
El patético y ridículo ZP dijo un día de Mayo de 2010 que jamás "tocaría" las prestaciones sociales. Veinticuatro horas después una llamada telefónica procedente del otro lado de Rin, hizo que su criterio sobre el asunto diera la vuelta como un calcetín, y comenzó a apretar las clavijas económicas a la gente, que cruje a estas alturas.
A Rubalcaba, su pretendido sucesor, "no le importaría ceder soberanía económica" a los organismos europeos, y que le sacaran las castañas del fuego, sin dar golpe. Y semejante espécimen pretende gobernarnos.
Finalmente de las nieblas del pasado surge el fantasma de Santiago Carrillo (1915) para asegurarnos que los movimientos callejeros de estos días en Madrid y otras capitales, constituyen el principio de la lucha contra el capitalismo. Fino escrutador de la actualidad este Carrillo, se entiende de la actualidad de la Unión Soviética en 1917, cuando él tenía dos añitos.
Si todos estos no son unos irresponsables, un milagro económico como el de la película, que nos salve, está al caer.
(1) Como invitar a comer una paella en la playa a la familia ó comprar uno de esos relojes de plástico al benjamín de la tribu.
¿Cómo es posible que los políticos no pusieran freno ala famosa burbuja inmobiliaria? ¿Les beneficiaba también a ellos o no se dieron cuenta de las consecuencias? ¡¡¡Cuánta irresponsabilidad!!! Espero que nos salvemos todos. Un besazo, Beatriz
ResponderEliminarOh my god!! Como dirían por estas tierras!!
ResponderEliminarEsperando el milagro y que alguien con mas cerebro tome el mando!!!
Muchos besos, MUACKKKK de los cuatro!