Sabemos que Zp tiene contados sus días como Presidente del Gobierno. Hagamos pues, un breve repaso del legado político que nos deja a los españoles, además de un País hecho unos zorros.
Ya antes de llegar a tan alta magistratura, Zp se había autodefinido, sin pensarlo gran cosa, como luego hemos visto que lo hacía todo, mediate tres adjetivos: rojo, utópico y feminista.
Nunca le hemos oído alguna explicación coherente sobre el significado de su afirmación cromática, quizá tenga que ver con la herencia genética de ZP, dejada por uno de sus abuelos, según el monolito situado en las montañas leonesas y erigido en su memoria por algún alcalde especialmente obsequioso.
La primera bandera roja fué desplegada, según creo, por los insurrectos de la "Commune" francesa, aunque siempre puede salir del anonimato un erudito para decir que la primera enseña roja apareció en las revueltas campesinas, también francesas, del siglo XIII. El mismo color fué adoptado después por los ejércitos bolcheviques y de todos los movimientos europeos del mismo signo, entre los cuales figuró el organizado por el Frente Popular, basado en los sindicatos socialista, anarquista y más adelante comunista, durante la guerra civil española, y de cuyo recuerdo han vivido tan ricamente los actuales sindicatos de clase, como firmes puntales de la política zapateril, o si se prefiere como fieles guardaespaldas gubernamentales.
Tampoco ha explicado ZP las posibles conexiones entre el color y la utopía, de las muchas enunciadas a lo largo de la Historia. Quizás haya querido referirse a las relaciones de algún socialismo inédito con una utopía desarrollada en el ámbito leonés y de la que nadie tenga noticia aún.
En cuanto al entendimiento del feminismo por parte del Presidente, tan solo se conocen la paridad de género, la emancipación de las adolescentes más ó menos despendoladas, o del traducido mediante el nombramiento de la Pajín como Ministra de Sanidad, mujer de rompe y rasga y parla tabernaria.
Es preciso reconocer en ZP un deseo de originalidad y profundidad en sus intentos intelectuales fallidos, que tienen escasas posibilidades de pasar a las antologías de frases célebres, como "la libertad os hará verdaderos" ó "la tierra no es de nadie sino del aire", la cual, de ser cierta hubiera, constitído una revolución catastral inédita y pasmo de los registradores de la propiedad..
El lanzamiento a la palestra mundial de la "Alianza de las Civilizaciones", si bien iniciado por ZP con gran ímpetu, no parece haber llamado la atención, toda vez que su aparición tuvo lugar más de sesenta años después de la "Alianza del Atlántico Norte", de la que ha copiado el nombre, y que las adhesiones al asunto de las Civilizaciones, Madagascar y Turquía, tampoco son como para tirar cohetes.
Finalmente, a este relación sería preciso añadir la obra magna de ZP, la Ley de la memoria Histórica, que nos ha retrotraído a las zarzuelas de finales del siglo XIX, con los elencos separados en dos partes iguales , a un lado y a otro de los escenarios, ellas con las manos en jarras, contoneándose un poco, y ellos asiendo con fuerza las garrotas y mirando a sus contrarios con las cejas fruncidas, en tanto que todos cantan una jota de las vibrantes con mucho garbo.
Y esto parece ser todo, de momento a menos que aparezcan obras inéditas ó manuscritos. Ya puedes prepararte ZP.
Hola Papá:
ResponderEliminarGracias por el blog. ZP está en retirada y desde luego en lugar de memoria histórica parece un ajuste de cuentas y trabajo para los arqueólogos. Me parecen completamente deprimentes las excavaciones que se están haciendo para encontrar cadáveres (otra vez con dinero público ¿no es cierto?). Creía que todo este asunto se había zanjado en la transición. Con esta ley se abren de nuevo las heridas y se ahonda en las dos Españas. ¿No crees lo mismo?
Un besazo,
Beatriz