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viernes, 12 de agosto de 2011

Don José


Don José Blanco, Ministro de Fomento, nombrado en sustitución de doña Magdalena Álvarez, Maleni, recordada por sus minuciosas explicaciones sobre los accidentes terrestres y aéreos ocurridos por doquier bajo su mandato, arrastró desde su tierra natal (Galicia) hasta su llegada a Madrid, el apelativo, diminutivo y cariñoso de Pepiño, propio del terruño gallego, con el que era conocido en las sedes del Partido socialista. Como Ministro de Fomento, don José carece en la práctica de trabajo porque su Ministerio tiene el presupuesto muy recortado, a causa de la crisis económica. Pero en la última reestructuración ministerial Don José fué nombrado también, Ministro portavoz del Gobierno, y esto es otra cosa, como veremos más adelante.

Pasados unos pocos días desde la solemne promesa de su primer cargo ministerial,  hecha ante S.M. el Rey en el Palacio de la Zarzuela, Pepiño sintió el impulso de investir con una nueva dignidad  su reciente estatus administrativo, pidiendo por TV al público en general y a los periodistas en particular, el olvido del Pepiño, para que todos se dirigieran a él como don José ó Señor Ministro.

En su juventud, don José pretendió licenciarse en Derecho, en la Universidad de Santiago de Compostela, pero su asistencia a la aulas no pasó del primer trimestre del primer año de estudios, pues debió ocuparse del manejo del Partido, así  que nadie sabe  hoy día con certeza, si el Foro  salió ganancioso o perdió por la ausencia  de don José.

Así  pues, tenemos a un don José autodidacta, que se ha cuidado de recibir clases de dicción para eliminar regionalismos impropios, rápidamente detectados en los discursos iniciales por los malévolos periodistas, y ciertos consejos sobre el empleo de  los gestos de las manos (en especial la consecución del círculo perfecto realizado con los dedos pulgar y medio de la mano derecha, movida arriba y abajo, lenta ó enérgicamente según los casos) para enfatizar determinados párrafos cuando lo merezcan.

Porque don José, como portavoz del Gobierno, quiere investir con su grandilocuencia sus apariciones en TV ó en las obligadas conferencias de prensa, ser además sentencioso en sus observaciones y recordado, si es posible, en mármol. 

Sirviéndose de las armas dialécticas apuntadas, don José ha reprochado oficialmente la frivolidad de los Jefes de Estado ó de Gobierno  de Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido, quienes han  debido interrumpir sus vacaciones, volviendo precipitadamente a sus despachos para realizar consultas y estudiar con sus colaboradores especialistas el derrumbe de las bolsas y otros sobresaltos. Por el contrario,  la clarividencia y dedicación previas de su señorito, el Sr. Rodriguez Zapatero, hacen posibles que pueda seguir disfrutando con su familia, del Palacio de las Marismillas en el Coto de Doñana, sin volver a Madrid.

¡ Don José ha  avergonzado a las cancillerías europeas con el ejemplo de José Luis! 

1 comentario:

  1. Este hombre miente más que habla. Yo dudo que tenga ningún estudio, ni de bachillerato.
    Y Zapatero lleva siete años y medio viviendo de vacaciones.

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