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martes, 23 de agosto de 2011

De cine

La cinematografía nacional es uno de los sectores españoles de actividad, que ha inventado en su beneficio mayor número de modalidades subvencionadoras, consciente de su capacidad para instilar en los cerebros de los espectadores lo que convenga a los poderes públicos.

La cuestión no es ya fotografiar tractores y campos ondulantes de trigo, con campesinos que miran todos en la misma dirección hacia un espléndido futuro bolchevique, en los labios apenas esbozada una sonrisa, como se hacía en la filmografía soviética de los años veinte a cuarenta del siglo pasado.

Entre nosotros se trata de hacer películas sin tractores, ni campos ondulantes, siguiendo unas directrices sutiles, nunca enunciadas con claridad, que de una u otra manera apoyan la idea de la "transformación de la  sociedad", como dicen algunos conspicuos socialistas, utilizando todo el ácido sulfúrico que sea menester para erosionar la "moral tradicional" de la derecha, esa plasta.

El director español de cine, Vicente Aranda, nombrado para presidir el Jurado del Festival Cinematográfico de Montreal (Canadá) ha sido recientemente entrevistado y el hombre ha visto la ocasión para despacharse a gusto.

Comienza diciendo sin perder el tiempo en circunloquios, que quiere más subvenciones para sus películas, es decir, según él estas  ayudas deberían duplicar y aún triplicar los ingresos de las películas en taquilla. ¿Por qué?, se pregunta el Sr. Aranda, y se contesta: "¡porque media España se niega a ver películas españolas!" Entonces, lo procedente es que esa media España insolidaria pague, vía impuestos, los gastos de la cinematografía nacional.

"Un tema histórico, como el de la guerra civil, señala adusto don Vicente, conteniendo su cólera a duras penas, no se puede tocar porque la derecha piensa que una cinta sobre este asunto es siempre de izquierdas". 

Al parecer la derecha, según confiesa don Vicente, está harta del género "del tazón desconchado" (1) al que se reducen las películas contemporáneas sobre la contienda civil, limitadas a copiar todas ellas, más ó menos descaradamente, "Por quien doblan las campanas".

Meditando más sobre sus cuitas el  Sr. Aranda, ha creido dar en el clavo: "la derecha carece de intelectualidad" dinamizadora, que impulse a la gente para ver películas no apetecidas. Eso será.


(1) Los tazones, desconchados ó no, se utilizaban entonces, por las clases medias y bajas,   para tomar achicoria  con leche, y toda clase de sopas 

2 comentarios:

  1. “Hola Papá: no sé si mi comentario se quedará en el limbo informático. Imagino que hay más temas para hacer películas que la Guerra Civil ¿no? Espero que sean un poco más imaginativos los cineastas españoles. Muchos besos. Beatriz”

    Muchos besos y hablamos pronto, Bea

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  2. Parece mentira que un personaje de la talla de este cineasta sea capaz de hacer semejantes comentarios.

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