La prospectiva consistía, al menos en mis tiempos, en predecir determinadas tendencias futuras a partir de la extrapolación de datos, numéricos ó no, del pasado inmediato ó del presente. Las predicciones resultarían tanto más seguras cuanto más cercanas a nosotros fuera el periodo temporal considerado.
Si esta idea no ha cambiado mucho, un pequeño ejercicio de prospectiva nos permitiría vislumbrar hoy un escenario español problemático para el próximo quinquenio, a causa de los destrozos originados por el progreso, valga la paradoja.
Aunque las ideas territoriales del chico de León no se hayan cumplido en un 100%, digamos que lo han hecho en un 40%, es más que suficiente para dar sudores fríos a los encargados de lidiar con los adorables separatistas.
El concepto que tenían de la inmigración aquellos paletos llamados Calderón y Bono, autores de la frase “¡papeles para todos!” alcanzará su momento de esplendor en los años venideros con los conflictos originados por el malestar de las generaciones segunda y tercera de inmigrantes, mal ó nada asimilados, así como por la agresividad salafista.
La dependencia energética continuará su marcha ascendente y las facturas de la luz serán cantos al capitalismo más feroz. La dependencia tecnológica seguirá aumentando, dada la ignorancia politiqueril y finalmente, de momento, las mordidas de la hacienda pública a sueldos y pensiones ascenderán a cotas delirantes.
Todo está más claro como el agua. No es pesimismo. Lo dice la prospectiva.
Si esta idea no ha cambiado mucho, un pequeño ejercicio de prospectiva nos permitiría vislumbrar hoy un escenario español problemático para el próximo quinquenio, a causa de los destrozos originados por el progreso, valga la paradoja.
Aunque las ideas territoriales del chico de León no se hayan cumplido en un 100%, digamos que lo han hecho en un 40%, es más que suficiente para dar sudores fríos a los encargados de lidiar con los adorables separatistas.
El concepto que tenían de la inmigración aquellos paletos llamados Calderón y Bono, autores de la frase “¡papeles para todos!” alcanzará su momento de esplendor en los años venideros con los conflictos originados por el malestar de las generaciones segunda y tercera de inmigrantes, mal ó nada asimilados, así como por la agresividad salafista.
La dependencia energética continuará su marcha ascendente y las facturas de la luz serán cantos al capitalismo más feroz. La dependencia tecnológica seguirá aumentando, dada la ignorancia politiqueril y finalmente, de momento, las mordidas de la hacienda pública a sueldos y pensiones ascenderán a cotas delirantes.
Todo está más claro como el agua. No es pesimismo. Lo dice la prospectiva.
Ya dijo que España es un “concepto discutible”. Espero que la Historia le ponga en su sitio. Un besazo
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