Tensiones por doquier

Al parecer el sistema contable español es un desastre. Recuerda a una de esas favelas de Río de Janeiro construidas a la diabla en las laderas de colinas, donde buenamente pueden y quieren sus constructores, dejando al azar el trazado de las callejuelas de acceso a los cuchitriles. Después, cuando es preciso poner un poco de orden en la "urbanización" aparecen las dificultades de "diseño".

En pocos meses hemos pasado de un déficit del 6% del PIB, según aseguró repetidas veces aquella Ministra socialista de Hacienda, de cabeza esculpida, que hablaba siempre como si tuviera la boca seca, a un 8% cuando el nuevo Gobierno irrumpió en los despachos ministeriales y los Ministros correspondientes comenzaron a levantar papeles para ir sacando las facturas sin pagar que había debajo.

Entonces empezaron los recortes de todo lo recortable que siguieron acompañados por los quejidos y sofocos de los recortados, y aumentaron más desgarradores aún cuando fue preciso añadir  cuatro  décimas a   la cifra anterior llegando a 8.4%, al sumar ciertos pufos olvidados de alguna Autonomía. El Gobierno, dando como definitiva esta última cifra se dirigió a Bruselas para asegurar a las autoridades económicas  de la UE que los ajustes exigibles deberían partir de tal cifra pues era la auténtica y verdadera del déficit..

Veinticuatro horas después la dichosa cifra no era ya la definitiva porque los ajustes contables de última hora, de dos o tres haciendas autonómicas,  la hacían ascender, en otras cinco décimas, a 8.9%. 

Este continuo ascenso del déficit, se parece al anuncio aquel mostrado en su puerta por cierto café madrileño, situado durante los años cuarenta al principio de la calle de Hortaleza donde, al pasar desde el tranvía,  se leía: "café: 1 pta" "café, café: 2 ptas" "café, café, café, por la gloria de mi madre, 3 ptas".

Y a todo este guirigay económico-contable, se añade ahora la amenaza  de la pérfida Albión de enviarnos a la Royal Navy en plan agresivo, por no haber permitido, el Ministrio de AA.EE.,  el desplazamiento nuestra Reina Sofía a Londres, para asistir al Jubileo de diamantes de Elisabeth II del United Kingdom.

Con unas y otras cosas y sobresaltos,  nadie puede vivir tranquilo.