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martes, 8 de mayo de 2012

Ropa tendida

Ropa tendida

Cuando éramos niños, circunstancia ésta que si no fuera por los documentos gráficos de la época permanecería remansada en algún rincón brumoso  sin ventilar, de la memoria, y nos acercábamos a un corrillo de mayores, es especial de chicas adolescentes, siempre había alguna, ojo avizor, avisando a las demás: "¡cuidado, ropa tendida!". Entonces cambiaban ostensiblemente de conversación, con algunas risitas, el niño era girado sobre sí mismo ciento ochenta grados, y dirigido a otra parte con cualquier excusa.

Desde entonces, siempre he observado que las autoridades responsables de la cosa pública, en cada momento, cuando es preciso, se han dado maña para dirigir la atención de los ciudadanos curiosos, hacia otros horizontes, utilizando los mil trucos conocidos.

El caso es que acabé la lectura del libro "La cuarta trama" ( las otras tres son la de los mineros asturianos, la del "Chino"  y la del "Tunecino", estas dos últimas formadas por magrebíes o chivos expiatorios) y su autor, José María de Pablo, defensor de una de las asociaciones del víctimas de la masacre, hace verdaderos esfuerzos para evitar que los jueces y la fiscal no le hagan girar ciento ochenta grados.

Es increíble. La famosa mochila con una bomba y los cables de conexión sueltos, hallada misteriosamente entre las ropas y otros enseres dejados por las víctimas, una vez retirados de los vagones fue fotografiada según es preceptivo de acuerdo con los protocolos policiales, en las distintas fases de manipulación, por un agente de la policía especializado, incluida la explosión del artefacto. Instantes después de ese momento, se acercó un jefe de la policía y exigió al agente fotográfico  que le entregara  los negativos de las fotos tomadas, el agente se los dio  y desaparecieron para siempre jamás. A nadie le importó el episodio, ni los jueces ni la fiscal se interesaron por el asunto, ni trataron de identificar al jefe  que se llevó tan valiosas pruebas.

El nuevo Gobierno no quiere volver sobre el caso, porque según dicen sus portavoces, es cosa ya juzgada. ¡Qué manera más elegantes de hacernos girar! ¿Pero de veras que aquello fue un juicio, o un "show" de profesionales de la Judicatura, postulándose para la siguiente promoción de su carrera?  

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