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jueves, 3 de mayo de 2012

Las entendederas de algunos




Cuando la banda terrorista ETA se mostraba más activa, asesinando ciudadanos a diestro y siniestro, durante los años 80 y 90, eran multitud las personas protegidas por una escolta policial pagada por la Hacienda pública.

La mayor parte de los escoltados, pertenecían a colectivos precisos, periodistas, jueces y políticos de todos los niveles, comenzando por concejales, en especial de los Ayuntamientos vascos (la mitad de las víctimas de la execrable banda pertenecían a la población vasca) hasta los ministros y ex-ministros del Gobierno.

Llegó un momento en que llevar escolta equivalía a disfrutar de un estatus de persona importante, así  considerado reverencialmente tal fenómeno sociológico, por los no amenazados.

Las cosas cambiaron desde que tres encapuchados de la banda anunciaron, con uno de sus típicos eufemismos, hace algunos meses "el cese unilateral de las hostilidades" aunque no su desaparición como tal agrupación de malhechores, ni menos aún la entrega de las armas. Coincidiendo con las dificultades económicas de la Administración y teniendo en cuenta tal "cese", fueron retiradas numerosas escoltas.

Sin embargo, algunos de los que las mantienen hoy día, no acaban de entender su propia presencia, como personalidades políticas potencialmente amenazadas, digan lo que digan los encapuchados.

Tal es el caso del Alcalde de Vigo y ex-ministro socialista. El pasado Primero de Mayo formó parte de la cabecera de la manifestación obrera viguesa, especialmente significativa porque, como todas en España, este año ha tenido un carácter reivindicativo contra el Gobierno, más parco cada día en sus gastos. El  Sr. Alcalde marchó, orondo él, con los manifestantes, mientras tenía las espaldas cubiertas  por sus escoltas, pagados  por el Gobierno denostado con  gritos y pancartas entre ellas la que portaba el Sr. Alcalde.

Algunos escoltas se quejan hoy de la falta de entendimiento de su misión por parte de ciertos escoltados que les consideran  personas a su servicio obligandoles, por ejemplo, a realizar labores ajenas a su específica competencia. Ha sido señalado al respecto el conocido ex-Juez Garzón, pues mientras su ex-Señoría se dirige en coche al aeropuerto, su escolta hace el mismo trayecto, portador de la maleta del ex-Juez, si bien en "metro", por el subsuelo.  

1 comentario:

  1. hola desde Mex,
    nosotros, que por razones obvias vamos escoltados, preferiríamos no estarlo. Significaría un mundo más humano y más justo.
    pero lo del chofer.....es una maravilla!!!!
    se acabó lo de llegar un ahora antes para aparcar,siempre en la puerta cuando terminas tu compra....Pregúntale a Isa!!!!

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