"Priorizar las opciones o bien optimizar las prioridades" Esta es la cuestión y, al parecer, una de las disyuntivas clave que ocupó, durante horas y horas, las meditaciones para desentrañar su más oculto significado, al último de los egregios estadistas alumbrados por nuestra sociedad en los pasados doscientos años, don José Luis, cráneo privilegiado que tuvo la suerte de albergar semejante cerebro.
A él se debe también el impulso recibido por la enunciación del grandioso proyecto denominado "Alianza de Civilizaciones", que estuvo en un tris, si no se hubieran dado circunstancias imponderables y minucias contables, de abrir las puertas de Europa por Constantinopla a cien millones de turcos, impacientes por aplicar la sharia a los renuentes, díscolos y descreídos europeos.Tan sólo con recordarlo, a don José Luis le da la risa estilo Pulgoso.
Y conste que la cosa se intentó hasta el final. Leo en el Boletín Oficial del Estado, del 21.12.10, sección III, págs. 105268 y sigs*., a propósito de la "financiación de proyectos de investigación fundamental no orientada" desarrollados en 2011: "se prestará atención especial a las acciones de carácter científico-técnico que puedan integrarse en el Plan Nacional de la Alianza de las Civilizaciones".
Siempre he sospechado que los duchos en la navegación por el proceloso fárrago del B.O.E. que proyecten determinada acción científico-técnica, pueden llevarse las subvenciones que quieran, porque para la integración del proyecto que sea con el Plan Nacional de la Alianza, basta hacer un hueco semántico y cualquier cosa pasaría con un poco de panegírico.
* Amablemente facilitado por mi hija Beatriz.
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