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martes, 24 de enero de 2012

El amigo Catilina


Profesor de latín

Nuestro profesor de Latín durante el Bachillerato jamás se tomó la molestia de explicarnos el contexto histórico de los personajes  surgidos ante nosotros desde los textos latinos. Debíamos atenernos a la literalidad de tales galimatías tan antiguos, sin meternos en honduras ni en camisas de once varas. A veces creo que tal  actitud se debía a no querer, precisamente él, meterse  en la citada camisa, con tanta República, Democracia, derechos de la plebe etc, emanada de los textos.  

Leí hace años, en las memorias de Don Santiago Ramón y Cajal y de Sir Winston Churchill, que siendo ambos niños, coincidieron, casi con las mismas palabras en quejarse por no entender ni una palabra de aquel asunto. El primero decía " si es que no lo entiendo", entonces el fraile de turno le administraba una colleja y le gritaba "¡es que no hay nada que entender!". Y ¿qué es esto del vocativo?" se lamentaba el niño Wiston, "¡nunca voy a hablar con una mesa para decir oh, mesa!"

Consideremos el caso de Lucio Sergio Catilina, vástago de una familia aristocrática venida a menos que siempre tuvo tendencias populistas. Era una especie de socialdemócrata de siglo I a C. Su enemigo declarado fué  Cicerón, senador y autor de las cuatro diatribas contra Catilina, cuyos textos han sido conservados durante más de dosmil años para tormento de los estudiantes de bachillerato del siglo XIX y primera mitad del XX.  El caso es que el texto latino que me entregaron para traducir  durante el exámen de reválida, una vez concluído el  Bachillerato, trataba precisamente de Catilina. Siguiendo mi procedimiento intuitivo de traducción deduje que allí se explicaba cómo el amigo Catilina utlizó, para presionar a los jueces dispuestos a juzgarle, a una serie de partidarios políticos y otra gente más o menos patibularia que miraba a dichos jueces de mala manera, con los que llenó el Senado.  Catilina terminó absuelto.

Hoy he recordado  al amigo Catilina, al leer esta mañana en un periódico que el Juez Garzón utiliza en su segundo Juicio, frente al Tribunal Supremo, la vieja técnica de Catilina, al incorporar en su comitiva a elementos de la Comisión de Derechos Humanos, de Amnistía Internacional y del "Human Rigts Watch", valedores del Derecho Internacional, donde ya figuraban Cayo  y demás compañeros del Partido. Y es que no pasa el tiempo, oiga. 

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