Cézanne: Hombre leyendo el periódico
En un artículo, por cierto muy bien escrito, que publicó ABC hace algunos días, firmado por el ex-Ministro de la época tardofranquista, Sr. Utrera Molina, se quejaba de su soledad y aislamiento, no una vez sino dos a lo largo de su escrito.
Al terminar el artículo, pensé como lo haría un personaje azoriniano: ¡Hombre, seamos realistas, mi querido señor! No pretenderá Vd tener, a estas alturas biográficas, una agenda trepidante. Lástima que la tecnología actual no pueda proporcionarnos unos exoesqueletos, de material flexible, adaptado a la configuración del usuario, resistente a las agresiones ambientales, extraligero, no conductor del calor ni de la electricidad y, en fin, provisto de un pequeño motor capaz de facilitarnos el primer impulso para iniciar la marcha, levantarnos de un sillón sin ayuda, subir con garbo y decisión cualquier escalera, sin buscar antes con la mirada una rampa para discapacitados, ponernos todos los días los calcetines, y cosas así. Yo me conformaba con uno de estos artilugios y sería el primero en utilizarlo, porque ver a nuestros contemporáneos en una silla de ruedas, aunque sea de tracción mecánica, resulta deprimente.