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viernes, 27 de enero de 2012

Leyendo el periódico


Cézanne: Hombre leyendo el periódico

En un artículo, por cierto muy bien escrito, que publicó ABC hace algunos días, firmado por el ex-Ministro de la época tardofranquista, Sr. Utrera Molina, se quejaba de su soledad y aislamiento, no una vez sino dos a lo largo de su escrito.

Al terminar el artículo, pensé como lo haría un personaje azoriniano: ¡Hombre, seamos realistas, mi querido señor! No pretenderá Vd tener, a estas alturas biográficas, una agenda trepidante. Lástima que la tecnología actual no pueda proporcionarnos unos exoesqueletos, de material flexible, adaptado a la configuración del usuario, resistente a las agresiones ambientales, extraligero, no conductor del calor ni de la electricidad y, en fin, provisto de un pequeño motor capaz de facilitarnos  el primer impulso para iniciar la marcha, levantarnos de un sillón sin ayuda, subir con garbo y decisión cualquier escalera, sin buscar antes con la mirada una rampa para discapacitados, ponernos todos los días los calcetines, y cosas así. Yo  me conformaba con uno de estos artilugios y sería el primero en utilizarlo, porque ver a nuestros contemporáneos en una silla de ruedas, aunque sea de tracción mecánica, resulta deprimente.

jueves, 26 de enero de 2012

Jurados



En "Doce hombres sin piedad" ("Twelve angry men"), asistimos a las deliberaciones  de un Jurado sobre el juicio al que acaba de ser sometido un joven acusado de homicidio, cometido en la ciudad de Nueva York. La tensión dramática de la película va en ascenso a medida que cierto jurado (Henry Fonda) convence a sus compañeros, uno tras otro, desmontando los argumentos acusatorios, a primera vista irrebatibles pero basados en pruebas circunstanciales. El clímax del film tiene lugar cuando el último de los jurados da su brazo a torcer y, frente a los argumentos lógicos de Fonda, abandona posición berroqueña, mantenida por motivos estrictamente personales, alcanzándose la unanimidad necesaria.

Ayer concluyó en la ciudad de Valencia, un juicio también con jurado, que sin poner en juego la vida de nadie como en la película, no careció su desarrollo de dramatismo, porque estaba en entredicho la honorabilidad y el futuro político de dos acusados de cohecho impropio, destinados al ostracismo y a la expulsión de su Partido hoy en el Gobierno, en caso de ser condenados.

En ausencia de un héroe de ficción como Fonda, los técnicos jurídicos del Tribunal Superior de Valencia, facilitaron  a los jurados una lista con dos docenas y media de preguntas relacionadas con las distintas etapas del proceso, cuyas respuestas  debían ser  necesariamente positivas o negativas y por tanto facilmente cuantificables. El resultado de la consideración de las preguntas por los jurados, fue exculpatorio (cinco votos contra cuatro, pues en este caso no era necesaria la unanimidad ), dando fin así al calvario padecido por los acusados  durante los tres años previos como inculpados(1), pena adicional propia de la peculiar justicia socialista, que ignora la separación de poderes, filtra sistemáticamente a la prensa los secretos del sumario, utiliza la policia judicial para montar operaciones de escucha y, en fin , se dedica a toda clase de práticas "non sanctas" en un Estado de Derecho.

La instrucción del caso redactada hace tres años por el inefable Juez Garzón, cuando aún no había dado los traspiés jurídicos  que le han llevado finalmente al banquillo de los acusados, inculpaba a los dos políticos valencianos de una supuesta aceptación de regalos (unos trajes) hechos por una red de empresarios corruptos, a la espera de las compensaciones oportunas

El intento de los socialistas de destruir a la oposición, puesto en marcha por  Rubalcaba, siendo Ministro de interior y maquinado durante las dos últimas legislaturas, ha terminado con el episodio que significa este juicio, y las palabras pronunciadas por el ex-alcalde socialista de Alicante, le revelan como uno de los "malos": ..." con el trabajo que nos ha llevado sentarlos en el banquillo... y ahora, mira, inocentes".


(1) Para un veredicto  de culpabilidad el  Jurado debería haber emitido siete votos negativos.

martes, 24 de enero de 2012

El amigo Catilina


Profesor de latín

Nuestro profesor de Latín durante el Bachillerato jamás se tomó la molestia de explicarnos el contexto histórico de los personajes  surgidos ante nosotros desde los textos latinos. Debíamos atenernos a la literalidad de tales galimatías tan antiguos, sin meternos en honduras ni en camisas de once varas. A veces creo que tal  actitud se debía a no querer, precisamente él, meterse  en la citada camisa, con tanta República, Democracia, derechos de la plebe etc, emanada de los textos.  

Leí hace años, en las memorias de Don Santiago Ramón y Cajal y de Sir Winston Churchill, que siendo ambos niños, coincidieron, casi con las mismas palabras en quejarse por no entender ni una palabra de aquel asunto. El primero decía " si es que no lo entiendo", entonces el fraile de turno le administraba una colleja y le gritaba "¡es que no hay nada que entender!". Y ¿qué es esto del vocativo?" se lamentaba el niño Wiston, "¡nunca voy a hablar con una mesa para decir oh, mesa!"

Consideremos el caso de Lucio Sergio Catilina, vástago de una familia aristocrática venida a menos que siempre tuvo tendencias populistas. Era una especie de socialdemócrata de siglo I a C. Su enemigo declarado fué  Cicerón, senador y autor de las cuatro diatribas contra Catilina, cuyos textos han sido conservados durante más de dosmil años para tormento de los estudiantes de bachillerato del siglo XIX y primera mitad del XX.  El caso es que el texto latino que me entregaron para traducir  durante el exámen de reválida, una vez concluído el  Bachillerato, trataba precisamente de Catilina. Siguiendo mi procedimiento intuitivo de traducción deduje que allí se explicaba cómo el amigo Catilina utlizó, para presionar a los jueces dispuestos a juzgarle, a una serie de partidarios políticos y otra gente más o menos patibularia que miraba a dichos jueces de mala manera, con los que llenó el Senado.  Catilina terminó absuelto.

Hoy he recordado  al amigo Catilina, al leer esta mañana en un periódico que el Juez Garzón utiliza en su segundo Juicio, frente al Tribunal Supremo, la vieja técnica de Catilina, al incorporar en su comitiva a elementos de la Comisión de Derechos Humanos, de Amnistía Internacional y del "Human Rigts Watch", valedores del Derecho Internacional, donde ya figuraban Cayo  y demás compañeros del Partido. Y es que no pasa el tiempo, oiga. 

lunes, 23 de enero de 2012

¡Cuidado con las cifras!

Baile de cifras

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, todos los lectores de periódicos supimos que las autoridades británicas nos habían tomado el pelo mientras duró la contienda, con las cifras publicadas por el Estado Mayor del Aire. Por ejemplo, las de los aviones propios perdidos habían sido sisteméticamente divididas por 2, y las de enemigos derribados, multiplicadas por 2 o 3. Entonces, todos entendimos que el engaño tenía la intención de mantener alta la moral del pueblo inglés, y nadie se sintió estafado en este caso. 

Otra cosa  es notar en historiadores, profesionales o aficionados, tratándose también de cifras,  que quieran darnos gato por liebre. Consideremos el caso de la ciudad de Guernica, arrasada por la aviación alemana. Quien tenga cinco o seis libros de Historia en casa, es seguro que cuenta con, al menos, tres cifras muy distintas, de víctimas del bombardeo. Si el autor es serio hará ascender su número a no más de ciento cincuenta. Si es un chisgarabís, como el belga Nothomb, amiguete de Malraux, pisa el acelerador y apunta  10.000 víctimas sin inmutarse,  en un libro prologado por Jorge Semprún, quien califica la obra de seria. Qué cosas tiene Vd, don Jorge.

Hace un par de días he leído un blog ,donde se apunta, por cierto en defensa del inefable Juez Garzón : "Por cada víctima de Mussolini, el franquismo fue responsable de 10.000". Pues bien, según internet las vítimas del Cavaliere Mussolini, antes de 1922, se elevaron a 500. Es decir, nuestro bloguero apunta, como mínimo. 5.000.000  (cinco millones) de víctimas en la cuenta de don Francisco, y se queda tan ancho. Para quedarse de una pieza y se le caiga a uno el monóculo del pasmo.

domingo, 22 de enero de 2012

Dos mentecatos nacionales


El recuerdo de la guerra civil fue diluyéndose con el paso de los años (76 desde que empezó, acabando la macabra fiesta a los 3 años y diez meses de su comienzo) entre una población mayoritariamente  urbana, socialmente transformada por el ensanchamiento de una clase media muy reducida antes del conflicto. Dos leyes de amnistía promulgadas, antes y después, de la Transición de la Dictadura a la Democracia, contribuyeron notablemente a tranquilizar el espíritu nacional por primera vez desde que Napoleón Bonaparte incluyó en sus planes  de pacificación europea, sí o sí, a España y Portugal.

Este proceso de reconciliación nacional, que los españoles sentíamos ya a nuestro alcance, estaría concluído a las alturas del siglo XXI en que nos hallamos, si no hubiera mediado un Presidente de Gobierno, calamitoso y mentecato, rodeado de una cohorte de siniestras criaturas ignorantes,  capaces de llevar  los intereses nacionales en dirección apuesta a la debida, reverdeciendo durante los últimos  siete años los antiguos enconos ideológicos bélicos que hoy impregnan a la clase política de la izquierda, la desasosiegan hasta perder el oremus, y la impiden ser feliz.

Otro mentecato, Juez de pacotilla, incapaz de instruir decentemente una causa, quiso poner la guinda al pastel  zapateril, abriendo nada menos que una causa general  a los extintos vencedores de la guerra civil, con vistas a tergiversar de raiz la Ley de Memoria Histórica, para animar a la gente a exhumar fosas como posesos y tener al personal en vilo durante una larga temporada, ayudado por la prensa adicta.

Al Juez en cuestión, el conocido don Baltasar, le esperan para juzgarle, en su segunda causa pendiente, el próximo martes, sus compañeros magistrados que van acabar exhaustos, aunque el premio obtenido merezca la pena: perder de vista definitivamente  al asombro de la Judicatura. ¡Uf! 

viernes, 20 de enero de 2012

Entendederas



Gérard Depardieu, actor distinguido por su enorme corpachón, protagoniza  una película francesa, cuyo título no recuerdo en este momento, y borda el papel de un delincuente de poco pelo, escasa sesera, de caracter infantiloide y de una fuerza descomunal.

Tras su escapada de una prisión-manicomio, Gérard trae en jaque a la "Gendarmeríe" de varios distritos parisinos. Uno de los policías que le persiguen en coche con sirena ululante, siguiendo el rastro de los estropicios cometidos incansablemente por el huído, dice a su compañero: ¿no te parece que a éste deberían encerrarle en alguna institución especial? y el interpelado contesta: ¡si hicieran eso con todos los individuos como él, en Francia no habría terreno para construir las suficientes instituciones especiales necesarias!

Me llamó la atención tal apreciación del guionista de la película, puesta en boca del policía, referida a  su País, porque nosotros siempre hemos creído  tener la exclusiva europea de contar con una parte significativa de la población  con pocas entendederas, como se ha demostrado a la hora de depositar el voto en las urnas, hasta hace  pocos meses.

De momento, algunos observadores, con segundas intenciones o sin ellas, no descartan que en las próximas elecciones autonómicas andaluzas, el voto rural se incline a favor de los socialistas y comunistas, obteniendo estas formaciones unidas la mayoría absoluta, y hundiendo un poco más la región, donde ya disfrutan de un paro equivalente a 30% de la población laboral.   

jueves, 19 de enero de 2012

Las tramas


Garzón, sin su toga, ante los Jueces                                          

Hemos visto juicios divertidos, por ejemplo el de la película "La costilla de Adán", otros trágicos como el del film "Matar un ruiseñor", y muchos otros más, clasificables en distintas categorías, pero ninguno tan tonto parecido al del Juez, Su Ex-Señoría, don Baltasar Garzón,  suspendido en sus funciones hace más de un año, que se presenta ante sus Jueces revestido con su túnica, sus puñetas y placa, aunque debió despojarse de estos atavíos judiciales ante las cámaras de TV, a requerimientos del Presidente del Tribunal, como le pasó al capitán Dreiffus a la vista de todo el mundo, cuando le degradaron en París. 

Don Baltasar es juzgado estos días por infringir el precepto constitucional según el cual las conversaciones de los abogados defensores mantenidas con presuntos delincuentes detenidos, son confidenciables e inviolables. Pero don Baltasar, de suyo jaque, siempre ha sentido que la Ley es cosa propia, de manera que al seguir la causa  de cierta trama de corrupciones diversas, no se paró en barras y ordenó a la policía judicial, la escucha  de los diálogos mantenidos entre los detenidos por organizar dicha trama con sus abogados.

El perverso Juez admite tanto haber dado sus órdenes a la policía, como el conocimiento de las cintas grabadas y de las distintas transcripciones de las conversaciones, si bien aduce en su disculpa que perseguía otra subtrama de fuga de capitales hacia paraísos fiscales y blanqueo de dinero, es decir que el fin perseguido por don Baltasar justificaría sus beatíficos medios. 

En respuesta al acoso de sus acusadores (las fiscales del caso, se han mantenido en un discreto silencio porque, a su vez, forman parte de la trama judicial afecta a don Baltasar, aquí todo son tramas, como se ve) se defiende el inculpado bueno, asegurando que la policía tomaba nota  de lo dicho  por los inculpados malos, en tanto que al oír las voces de los abogados defensores suspendían castamente la escucha. En consecuencia, don Baltasar solamente tenía conocimiento como Juez instructor de los soliloquios ó monólogos de los malos.

Don Baltasar afirma que en la redacción de la instrucción  no tuvo en cuenta, para nada, sus conocimientos  de las escuchas y lo dice esperando que le crean,  dados sus acrisolados antecedentes de sacrificios y de sublime entrega a la causa de la Justicia. Faltaría más. 


miércoles, 18 de enero de 2012

¡Garzón vuelve!


Sr. Llamazares y Sra. Bardem quejándose de que juzguen al juez Garzón


El primero de los tres juicios por prevaricación, en que se halla incurso el  ex-juez Garzón comenzó ayer con un despliegue mediático formidable. Una cosa resulta evidente: Don Baltasar no parece haber calibrado su situación personal, y organizó, o permitió la organización, de una ruidosa manifestación, poco nutrida a decir verdad, de sus incondicionales, en las cercanías del Palacio de Justicia, de Madrid. Los manifestantes exhibieron banderas tricolores republicanas, coreando eslóganes insultantes  para la Sala Segunda del Tribunal Supremo, dispuesta a juzgar al ex-astro de la judicatura nacional, cuyos Magistrados, ya ven Vds, lo  que son las cosas, qué culpa tendrán.

Entre los congregados protestantes, mantenidos a cierta distancia del Palacio de Justicia por la policía, figuraba el Juez Pedraz, caracterizado por su melena flotante al viento, que siempre parece presa de una admiración adolescente, por tanto ilimitada, hacia don Baltasar.  Asimismo estaban allí varios de sus ex-compañeros, el personal femenino, otrora a las órdenes del ex-Magistrado, en cualquier caso dispuesto a besuquear a su Jefe, si es menester frente a las cámaras o en ausencia de ellas, la actriz Pilar Bardem  con su gesto permanente de frustración histórica, así como los inefables doctor Llamazares y Cayo Lara, ambos de Izquierda Unida, apuntados, pase lo que pase, a todas las causas perdidas.

El doctor Llamazares ha resumido el asunto para la TV, tildando el jucio de esperpento nacional pues, según él, un luchador incansable contra la corrupción, se ve sentado en el banquillo de los acusados por los corruptos. Ni más ni menos. Sería preciso recomendar a don Gaspar la relectura de Valle Inclán, a ver si se aclara y cita con más propiedad al famoso manco de Villanueva de Arosa (Pontevedra).

Los dos, don Cayo y don Gaspar, se olvidan de su condición de representantes del pueblo español, como diputados a Cortes que son, y no les importa apoyar con cualquier motivo oscuras reivindicaciones republicanas, de la Primera o de la Segunda República, vaya usted a saber.

Don Baltasar, antes de entrar en la Sala donde se celebraría el juicio, mostró a sus compañeros  la toga de Magistrado con sus correspondientes puñetas, que pensaba lucir durante las sesiones, al lado de su letrado defensor, para que todos supieran cómo su estrella continuaba encendida con más vatios que nunca. (mañana continuarán las aventuras judiciales de don Baltasar)    

martes, 17 de enero de 2012

Responsabilidades



Los naufragios del "Titanic", hace cien años, en aguas de Terranova y el muy reciente del crucero "Costa Concordia", tienen en común sendos ataques de vanidad sufridos por sus capitanes. El del buque inglés pretendió ganar la Cinta Azul otorgada al transatlántico más rápido, y trazó un ruta por encima de los límites de descenso de los "icebergs" árticos para acortar distancias, con el resultado de todos conocido.

El segundo, il capitano Francesco, quiso asombrar a ciertos amiguetes de la isla Giglio, pretendiendo hacer pasar su rascacielos apaisado a poco más de de cien metros de la costa, mostrando todas las luces encendidas, mientras hacía sonar la sirena del barco con graciosos toques intermitentes. Francesco, pasada ya la cincuentena, tenía el mismo espíritu del niño del chiste pedaleando en su bicicleta ante su madre gritando:  ¡"mamá, mamá, mira sin manos"!.

El resultado de la exhibición naval de Francesco, fue una brecha de setenta metros bajo la linea de flotación por el lado de estribor del barco, originada por una roca "que no figuraba en las cartas marinas" dicen algunos en disculpa del capitán,  brecha capaz de tragar agua con avidez y de originar una escora más y más acusada por momentos.

Para ahorrarse reproches y evitar desagradables escenas de histeria entre el pasaje, Francesco pensó desaparecer y hurtándose a miradas indiscretas, decidió abandonar el barco. Pero una vez en la Isla Giglia, antes de mimetizarse con los paisanos de la misma , fue detenido por los carabinieri y a estas horas los jueces proceden a su empapelamiento por su notoria incompetencia.

Y a propósito de empapelamientos, ¿cómo es posible que nuestros incapaces políticos, causantes de nuestro hundimiento, puedan desaparecer entre sonrisas, palmaditas, condecoraciones y fastuosas pensiones y demás, disponiéndose a pasar los próximos treinta o cuarenta años sin dar un palo al agua?  

lunes, 16 de enero de 2012

Una llama agonizante


                                                                                         Pasando sin billete en el Metro de Madrid

Cuando aparecieron, en Mayo último, los primeros "indignados" invadidos poco después por el "lumpen",  una vez instalados todos en la Puerta del Sol de Madrid, el entonces Ministro del Interior Sr. Rubalcaba, siguiendo el pensamiento del eximio pacifista por antonomasia, hoy egregio contador de nubes, dejó caer una frase para la posteridad, aduciendo en su descargo por no resolver la cuestóin, que no podía disolver a los acampados con intención de solucionar un problema, creando otro nuevo.

El "otro" problema consistiría para el  Ministro, en la aparición de un movimiento reivindicador consecutivo a  una posible represión policíal, amén de la exhibición por los "indignados", de cardenales, cortes sangrantes de cueros cabelludos y demás estropicios originados por la brutalidad de las cargas de las fuerza del orden público, represoras en esencia,  que atraerían la antención de las prensas nacional e internacional, tan dadas al morbo.

Los "indignados" de Mayo han alumbrado muy recientemente, una especie de secuela indignada, la plataforma "Yo no pago", dedicada a reivindicar el derecho a viajar gratis en el "Metro", es decir, sin pasar por el trámite de adquirir un billete, como hacen los burgueses.

En su primera, y hasta ahora última demostración, la pasada semana, estos neo-indignados sufrieron las "demostraciones fácticas" de la policía, porque la actual delegada madrileña del nuevo Gobierno, no parece comulgar con las endebles doctrinas apaciguadoras, destinadas a preservar la convivencia ciudadana, del antiguo Ministro Rubalcaba.

Entretanto, éste  se postula para dirigir los destinos  de su mermado Partido  socialista, de forma tan melancólica y borrosa que parece limitarse, sin ganas, a cubrir el expediente con resignación, sintiéndose perdido, como un individuo hundido hasta la nariz en arenas movedizas, moviendo ligeramente los dedos de una mano, en ademán de despedida.


 

sábado, 14 de enero de 2012

Gastos diversos

 
                                                                                                     Las familias ante los impuestos

Una vez admitida con resignación la subida de impuestos decretada por el nuevo Gobierno, los contribuyentes hemos desarrollado una susceptibilidad vidriosa sobre las tonterías de unos y de otros publicadas por los periódicos de papel ó digitales.

Los que siguen son  ejemplos recogidos el mismo día, de personas cuya vocación parece ser "salir como sea en la prensa"  haciendo una competencia desleal a los personajes del "periodismo cardiaco"

Tomemos el caso de los jueces que siguen el modelo del exhibicionista y ególatra don Baltasar Garzón. ¿Alguien cree sensato, a estas alturas, volver sobre  la cuestión de los  tres o cuatro marroquíes, inicialmente amparados por el ex-Juez estrella, que fueron  más ó menos talibanes ellos, y alegaron entonces y alegan ahora, malos tratos sufridos hace unos años, durante algún tiempo, en Guantánamo, a manos de sus guardianes? ¿Y qué decir del Juez que estudia la posibilidad de expedientar por aquel asunto al ex-Presidente Bush, a varios de los miembros de su gabinete, incluído el director de la CIA? ¿Tiene sentido gastar tiempo y dinero en estos temas, cuando nada se ha aclarado del atentado de los trenes, de las connivencias de altos mandos de la policía con los terroristas, ni de tantos otros asuntos en los que el Gobierno anterior puso sus pecadoras manos? 

Pues ¿y la Junta de Andalucía que convierte el Palacio de San Telmo en una cueva de ladrones, cuando se detrae a sí misma mil millones de euros, para gastarlos alegremente, sin control , aunque todos ellos peinan canas. ¿ Serán caraduras y sinvergüenzas?

¿Y el Ayuntamiento de Alfacar (Granada) que echa mano de la bolsa municipal para pagar los gastos por la enésima búsqueda de los restos de Federico García Lorca, trasladados y puestos a buen recaudo, por la familia del poeta hace más de sesenta y cinco años?

¿Y los Sindicatos? ¿Alguien ha visto mayor inepcia para llegar a un acuerdo con la Patronal, sobre el sistema de contratación de empleados más conveniente para la economía nacional, lastrada por más de cinco millones de parados ? ¿Serán cerriles?

viernes, 13 de enero de 2012

Panegírico



"Priorizar las opciones o bien optimizar las prioridades" Esta es la cuestión y, al parecer, una de las disyuntivas clave que ocupó, durante horas y horas, las meditaciones para desentrañar su más oculto significado, al último de los egregios estadistas alumbrados por nuestra sociedad en los pasados doscientos años, don José Luis, cráneo privilegiado que tuvo la suerte de albergar semejante cerebro.

A él se debe también el impulso recibido por la enunciación del grandioso proyecto denominado "Alianza de Civilizaciones", que estuvo  en un tris, si no se hubieran dado circunstancias imponderables y minucias contables, de abrir las puertas de Europa por Constantinopla a cien millones  de turcos, impacientes por aplicar la sharia a los renuentes, díscolos y descreídos europeos.Tan sólo con recordarlo, a don José Luis le da la risa estilo Pulgoso.

Y conste que la cosa se intentó hasta el final. Leo en el Boletín Oficial del Estado, del 21.12.10, sección III, págs. 105268 y sigs*., a propósito de la "financiación de proyectos de investigación fundamental no orientada" desarrollados en 2011: "se prestará atención especial a las acciones de carácter científico-técnico que puedan integrarse en el Plan Nacional de la Alianza de las Civilizaciones".

Siempre he sospechado que los duchos en la navegación por el proceloso fárrago del B.O.E. que proyecten determinada  acción científico-técnica,  pueden llevarse las subvenciones que quieran,  porque para la integración del proyecto que sea con el Plan Nacional de la Alianza, basta hacer un hueco semántico y cualquier cosa pasaría con un poco de panegírico.


* Amablemente facilitado por mi hija Beatriz.

miércoles, 11 de enero de 2012

Desdichas nacionales



Cuando la agraciada ministra Soraya, la segunda al mando del nuevo Gobierno, se enfrentó a las cámaras de TV para anunciar, en una rueda de prensa, una subida de impuestos capaz  de "hacer crujir al personal" y ajena a todo lo anunciado durante la campaña electoral, se apreciaba claramente la tensión en el rostro ministerial, y un "lo siento" en su mirada. No era, ni mucho menos, la expresión triunfante que exhibía en el Congreso al vapulear dialécticamente a los pobres diablos del  Gobierno anterior durante sus dos últimos años de legislatura.

La actitud de Soraya ha sido interpretada por algunos ciudadanos, como si hubiera dado una palmadita de ánimo en la espalda de cada contribuyente, acompañada por esas palabras de consuelo rutinario dichas  a los familiares de los difuntos en los sepelios : serán unos impuestos temporales, dos años a lo sumo, y para la mayoría de  los contribuyentes apenas ascenderán a unas docenas de euros anuales, etc, etc. Asi que ¡valor! como dicen los franceses. Lo malo, hay que añadir, recaerá sobre la otra mitad de los paganos, en el impuesto sobre la renta, al ascenso aritmético de los ingresos, la subida de las tasas aplicadas a los sucesivos escalones es geométrica, y en el impuesto de los bienes inmuebles, añadida a la actualización del catastro será cosa de pensar  en alguna otra solución habitacional ¿qué tal la columna en el desierto del estilita? ¿y el tonel de Diógenes?

Todo lo cual, quizás nos conduzca  a situaciones anímicas paranoicas, como la necesidad  compulsiva que tendremos de ahorrar energía eléctrica, utilizando velas y quinqués y de perder la costumbre de leer  en las tardes invernales, limitándonos a dormitar en la penumbra.

Al margen de las preocupaciones ciudadanas, la ministra progresista de Cultura programó, para celebrar su despedida, una vuelta al mundo en clase "bussines" y hoteles de cinco estrellas y tropecientos tenedores, a cargo de lo que quedaba del erario público en su ministerio, vuelta terminada la víspera de la entrega simbólica de la cartera ministerial...vacía. Un buen ejemplo para mostrarnos por qué estamos donde estamos. Pobres de nosotros.

martes, 10 de enero de 2012

Un Sur soleado pero tétrico


                                                                                      Quasimodo

No hace muchos días, un economista  nacional, refiriéndose a la situación financiera y económica de España, dijo que "estábamos tocando fondo... y cavando ". Otro, no menos sombrío, aseguraba : "vamos a convertirnos en un "länder" de Europa del Sur habitado por "untermeschen endeudados"

Con dramáticas subidas de impuestos, congelaciones de salarios, rumores de nuevas tasas alentados por gentes perversas ó interesadas, y aumentos de los servicios imprescindibles según auguran de vez en cuando los portavoces de las grandes empresas, tan sólo nos queda el oxígeno del aire libre de gabelas, si bien se dice que los turistas llegados a Cataluña deberán pagar en el futuro dos ó tres euros por cada noche pasada  en la región.

Algunos jueces especialmente doctrinarios, tras investigar durante años las corrupciones y corruptelas de los populares, les someten a procesos interminables para alimentar  a la prensa más ó menos amarilla de la misma obediencia, en tanto que tres juezas, una de Lugo (caso ex-vicepresidente Blanco),  otra de Madrid (caso de los policías que intervinieron en la eliminación de pruebas del atentado del 11-M en la estación de Atocha de Madrid)  y la tercera de Sevilla (caso del asalto a las arcas de la Junta de Andalucía), ven dificultadas sus tareas por acosos policiacos ó campañas difamatorias.

En tanto ocurre todo esto, los periódicos añaden cada día un nuevo trazo negro al retrato del yerno del Rey, que llevan pintando desde hace meses, convertido a estas alturas en una especie de monstruo retorcido y siniestro, incomparablemente menos atractivo que Quasimodo, el jorobado de Nuestra Señora de París. 

domingo, 8 de enero de 2012

La gente de cerca

Jardines de Aranjuez

Al comenzar los años sesenta, cierta noche de septiembre tomé un tren en la Estación de Atocha de Madrid, camino de Campo de Criptana  (Ciudad Real). Llevaba el convoy  un buen  rato rodando por la Mancha  cuando inesperadamente se detuvo por las buenas, en las que más tarde, los viajeros supimos eran las cercanías de Huerta de Valdecarábanos (Toledo).

Pronto nos enteramos también de que la parada iba para rato, porque una lluvia, de las abundantes y torrenciales, caída minutos antes, había dejado al aire varios metros de raíles de la vía, al arrastrar las aguas desbocadas el balasto, percance ocurrido a no mucha distancia del lugar donde nos encontrábamos.

Las medidas inmediatas adoptadas por los responsables de la RENFE, fué dejarnos pasar la noche en aquel sitio, y luego ya veríamos cómo arreglar el lío circulatorio. Así que los viajeros disfrutamos algunas horas después, de un bello amanecer manchego y a continuación de la vista de un mar de viñas casi en sazón, bañadas por un Sol moderadamente clemente comparado con el de Julio y Agosto. 

A la una ó a las dos de la tarde, tras un pitido de aviso la locomotora, empujando el tren, deshizo una parte del camino  del día anterior y nos devolvió a la Estación de Aranjuez (Madrid). Allí, los viajeros  con sus maletas, pertrechos y trastos, fuimos conducidos a una nave cercana donde habían preparado unas cuantas mesas muy largas, cubiertas con manteles y servidas espléndidamente por algún catering de Madrid.

Los cuatrocientos o quinientos viajeros, cuya única colación durante las catorce últimas horas había consistido en uno ó dos racimos de uvas manchegas, tomados de las viñas circundantes, en salidas más ó menos subrepticias de los vagones, tomamos asiento sin prisas ni pausas, circunspectos, como si fuéramos feligreses saliendo de la misa de doce, sin ruidos ni alborotos, ni salidas de tono y dimos buena cuenta del obsequio ofrecido por los Ferrocarriles Estatales.

Pasada la media tarde, cargando de nuevo con los equipajes, ocupamos otro tren, y por una vía alternativa los más afortunados llegamos a casa veintiséis horas después de haber emprendido el viaje. Otros con metas andaluzas más lejanas, tardarían como mínimo treinta horas. 

Pese a los años  pasados desde entonces, recuerdo perfectamente que  siempre seguí los movimientos y maniobras de la multitud llevada de aqui para allá, porque deliberadamente me quedaba de los últimos para poder apreciar las distintas panorámicas del acontecimiento. Y me produjo tal orgullo ver tanta gente conducirse con tanta naturalidad, sin los gritos típicos, sin empujones y malos humores, que si no me reprimo hubiera llorado a moco tendido, de emoción patriótica.

Experiencias como ésta, que tampoco son tan raras, no pueden adquirirse en lugares como Rodiezmo (León), cantando la Internacional y haciendo payasadas encaramados a una tarima, frente a los mineros.

viernes, 6 de enero de 2012

Aventuras bélicas

La máscara en cuestión

El Jefe de la Agrupación de Sanidad Militar número siete, era un militar precavido y seguía al pié de la letra la conocida máxima latina "si vis pacem para bellum". Así que preparaba la guerra a su manera.

En uno de los almacenes, la Agrupación contaba con varios miles de máscaras antigás, según me pareció entonces de modelo alemán, y en el garaje, entre otros vehículos, dos camionetas italianas SPA, de silueta grácil, ruedas increíblemente estrechas y marcha vacilante, que creo haber citado ya, camionetas dispuestas para la desimpregnación de las tropas gaseadas mediante duchas con  agua extraída, sirviéndose de una bomba aspirante-impelente, de cualquier arroyo ó riachuelo. 

Vistas sus posibilidades y para adiestrar a  los elementos de la Agrupación, el Tnte Coronel decidió ensayar nuestra capacidad de defensa en una guerra química total. Ordenó el reparto a todos, oficiales y soldados, de máscaras antigás. Fijó un lugar en el campo, a unos kilómetros de Valladolid, y hasta allí se desplazó la Agrupación al completo.

Según desgranaba sus órdenes el Tnte Coronel, a través de un capitán, procedíamos a cumplirlas. En primer lugar, colóquense las máscaras bien apretadas a la cara. La experiencia es similar a meter el rostro y la cabeza en el interior de una cubierta nueva de camión, aspirando la fragancia natural del objeto.

Caminar con el artefacto pegado a la cara y fijado al cráneo mediante dos correas, y no digamos correr,  se hace penoso, pero trepar cuesta arriba en tales condiciones resulta intolerable. A los pocos minutos todos levantaban la máscara tirando hacia arriba del filtro, para respirar el aire puro de Castilla por las vías naturales.

En cuanto a la desimpregnación, se intentó, pero debimos volver al cuartel sin aclarar si las dificultades procedían de la aspiración ó de la impulsión de la bomba. Un poco frustante la experiencia.

jueves, 5 de enero de 2012

La importancia de llamarse Alberto



El Dr don Gregorio Marañón, investigador médico y en su época clínico eminente, importador de Alemania  a España de la idea de la Endocrinología clínica, hace casi cien años, entre los gruñidos de las fisiólogos nacionales que veían en don Gregorio un intruso de su coto científico bienamado, volvió de su exilio concluídas las guerras Civil y Mundial, e inmediatamente se incorporó a su cátedra de Endocrinología en el Hospital General de Madrid. 

Don Gregorio tenía el respeto de la gente porque sabía hacerse querer. Siempre le recordaré a primera hora de la mañana, en aquel largo pasillo tan transitado, desde la entrada del Hospital  que conducía a las clínicas, caminando sin compañía , es decir sin la corte habitual obsequiosa  propia de otros próceres médicos, con la cartera repleta sujeta en la mano izquierda, saludando a estudiantes, médicos, enfermos, enfermeras y monjas, que se cruzaban con él o le adelantaban, levantando un poco su sombrero borsalino con la derecha, e inclinando levemente  la cabeza dirigiéndose a quien le había dado los buenos días, sin cansarse, con una cordialidad espontánea, que nunca he visto después  en otros personajes mucho menos importantes que don Gregorio. En realidad, estos personajes, cuanto menor transcendencia  ha  tenido su paso por la Tierra han adoptado una actitud más estirada, distante, de mírame-y-no-me toques, sufriendo por la existencia de tantos seres inferiores en sus inmediaciones.

He recordado a don Gregorio, al leer hace un par de días, con el consiguiente asombro, que el actual Ministro de Justicia, don Alberto Ruiz Gallardón, siendo Alcalde de Madrid con sede en el Antiguo  Palacio de Comunicaciones sito en la Plaza de la Cibeles, escondió con bastante éxito durante estos últimos años, su condición de sátrapa irredento del Lejano Oriente. Porque, en efecto, don Alberto había dado la orden de hacer sonar una sirena, no sé si amenazante y ominosa como aquellas de las ciudades durante la guerra civil o una especie de agrio grito de   alarma como el que suena en el interior de los submarinos de las películas antes de sumergirse. El caso es que la sirena de don Alberto sonaba, a través de los altavoces oportunos, en todos los pasillos de  la Alcaldía, en tanto que nuestro burgermeinster salía de su despacho hacia su coche de alta gama, o entraba en su habitáculo procedente de su vehículo. No deseaba encontrar  a nadie en los pasillos seguramente para evitar la entrega de memoriales de los súbditos, siempre tan pedigüeños.

No sabemos si don Alberto colocará en el Ministerio de Justicia un dispositivo de alarma semejate para despejar pasillos. Por lo pronto tiene ya a los jueces de uñas, porque quiere que los juzgados sigan produciendo literatura procesal durante el mes de agosto sin parar mientes en la canícula. Si esta es la idea de don Alberto sobre la necesaria transformación de la Justicia estamos listos.

     

miércoles, 4 de enero de 2012

Lo que pasa ahora



La victoria electoral de los populares y la consiguiente derrota de los sedicentes progresistas, pese a una entrega de poderes declarada "modélica" por los primeros, en su afán de civilizar algún tanto a los segundos, para que no se comporten con sus malos modales habituales, rencorosos, envidiosos y malos perdedores, deja entrever el miedo subyacente en todos sus actos, destinados a hacerse perdonar su triunfo, como si no tuvieran ninguna responsabilidad en la enorme cosecha de votos obtenidos.

Porque en el fondo piensan que las acusaciones tramposas lanzadas contra ellos  por sus adversarios, sobre todo en cuanto concierne a sus orígenes, son ciertas, al menos en un 50%. Nadie, con excepción de la Señora Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid les ha venido a decir que todos los Partidos Políticos actuales tienen su origen,  en la voluntad implícita del Dictador General Franco para que existieran.

El colmo de la sumisión popular ha sido la iniciativa gubernamental de otorgar a los Ministros y Ministras salientes, la medalla de la Orden de Isabel la Católica, aceptada por los progresistas unos y otras con su displicencia condescendiente habitual.  No obstante es preciso destacar en el mar de cobardía colectiva que suele invadir a los populares, la presencia de ánimo de las mujeres del Partido, además de la citada Aguirre, S. de  Santa María, D. Cospedal, A. Mato etc. plantando cara con gallardía, sin desmelenarse  a las añagazas dialéticas de los "unkulturny".

martes, 3 de enero de 2012

Un caballo de Troya


Juan Pipaón haciendo una reverencia al Ministro. "Memorias de un cortesano de 1815" de B. Pérez Galdós

Alguna otra vez he citado al señor Pipaón, el personaje de Pérez Galdós, capaz de olisquear con suficiente anticipación los tan sólo en apariencia bruscos cambios políticos, producidos durante el primer tercio del siglo XIX en España, de manera que una vez producido el cambio, Pipaón sabía esperar sonriente a los vencedores en el sitio adecuado, y convertirse "ipso facto" en su edecán, al tiempo que seguía beneficiándose de las arcas públicas. Un sinvergüenza con empatía.

En estos tiempos que corren, menos finos, no es preciso ser tan avisado. Aquí tenemos un Pipaón con faldas, procedente del campo progresista y de la superioridad moral, doña Carmen Vela Olmo, participante en la campaña realizada en favor del primer Presidente español de mentalidad adolescente, alabado por la señora Carmen como si fuera una fan del cantante de turno, dando histéricos saltitos, al igual  que lo hicieron otras dos adolescentes Ministras zapateriles, Pajín y Aído, cuando el Congreso aprobó una de sus siniestras leyes.

En esta ocasión la señora Carmen estaba respaldada por una serie de sujetos, clones de los socios del Patio de Monipodio sevillano, profesionales del improperio y asiduos receptores de las dádivas del poderoso. Es decir, nunca expuso su pensamiento ante sus colegas científicos y circunspectos, sino en el ámbito tabernario, faltón y canalla de "los de la ceja".

No contenta con este público y notorio apoyo a Zapatero, lo  repitió  no hace un par de meses con Rubalcaba en su fallida y desmayada campaña, sujeto adherido ahora como una lapa en una roca batida por el mar, a su escaño del Congreso.

Doña Carmen ha sido nombrada Secretaria de Estado de Investigación  por el Ministro de Economía, que no se ha mostrado precisamente un águila con semejante nombramiento, pese a su fama de hombre de luces. Así pues no puede quejarse si doña Carmen le sale rana. Por cierto,  en la puerta del Ministerio, con su flamante nombramiento bajo el brazo,  ha dicho a los periodistas que la Ciencia no tiene color político. ¿No?
Es usted tonta, doña Carmen ¿o qué? ¿La política científica no tiene color político? Lea usted la Historia de la Ciencia, doña Carmen,  no delire.