Cuando se apoya con fervor e ilusión una causa que más tarde resulta ser un fiasco, la decepción puede reflejarse en los rasgos de la cara,que se estiran en demasía. Así, es conveniente en estos casos no mirar atentamente la imagen reflejada en el espejo del baño, a la hora de lavarse los dientes, y es mejor hacerse el distraído/a, observando desconchados de la pared si los hubiere, o cosas semejantes.
Algo parecido ha debido ocurrir a todos los que confiaron en el anterior "Molt Honorable President de la Generalitat", quien en la imaginación de sus partidarios durante más de veinte años, pareció caminar entre nubes gloriosas, asiendo con ambas manos el mástil de la bandera cuatribarrada, tremolando sobre su cabeza.
Una vez levantado, a instancias de la UE, el tradicional secreto de la banca suiza y determinadas informaciones confidenciales sobre la existencia de una fortuna existente en la Confederación Helvética a nombre del "Molt Honorable" Jordi Pujol, éste se apresuró a envolverse en la susodicha cuatribarrada, adoptando una postura académica, con la mano derecha levantada, mirando hacia la lejanía del Ampurdán, y tachó de enemigos de Cataluña y del proceso independentista a los autores del pretendido infundio.
Pero al no resultar la susodicha cuatribarrada una protección suficiente, "el Molt Homorable" se derrumbó como en la películas, y decidió pedir perdón a los tres o cuatro millones de catalanes que le respaldaron durante sus mandatos por ocultar a la hacienda nacional (española) la citada fortuna, "recibida de la familia"
Algo parecido, es decir "una herencia paterna", fué descubierta también en Suiza, perteneciente al "Molt Honorable" actual, Arturo Mas, quien se zafó del asunto tachando la cosa de "cuestión privada familiar".
Lo inquietante de ambos casos es si se traducen en un descenso significativo de la higiene bucal en Cataluña.
Pobres catalanes... ¿Cuánndo se darán cuenta de que a Pujol ya Mas sólo les interesa la identidad catalana para hacerse ricos y tapar sus corrupciones
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