Allons enfants

Sin duda Cayo Lara, de Izquierda Unida (comunista de la rama bolchevique), fue aconsejado por algún asesor de imagen listo, para que abandonara el tonillo mitinero utilizado por muchos políticos de todo el espectro, cuando adoctrinan a sus huestes incondicionales.

De aquí que Cayo hable ahora con voz lenta, casi premiosa, tranquila, que a él debe parecer sumamente persuasiva.

Hace un mes, al hilo de la abdicación del Rey Juan Carlos I, Cayo lanzó al espacio, con la dicción apuntada, la idea de que los ciudadanos españoles se verán abocados en fecha próxima a decantarse por la monarquía o la democracia. Esto dijo y se quedó tan satisfecho consigo mismo, el hombre.

Cayo debería actualizar sus conocimientos políticos, si se refirió a las monarquías de derecho divino fenecidas  a partir del siglo XVIII y a las democracias populares del siglo XX y XXI.

Más tarde, Cayo anunció al mundo que uniría sus votantes con los del joven profesor Iglesias, también comunista, si bien de la rama caribeña, para alumbrar lo que llamó una asamblea constituyente.

Es posible que Cayo se inspirara en lo oído al joven profesor "caribeño" sobre los Estados Generales franceses, convertidos en una Asamblea General Constituyente tras la toma de la Bastilla, y como piensa que "Podemos", el partido del joven profesor, arrasará en las próximas elecciones municipales (Mayo 2015), quiere estar esta vez (existen seis precedentes históricos españoles, correspondientes al siglo pasado) subido al carro vencedor.

Entretanto ambos camaradas pensarán en el modelo más apropiado de guillotina (sugerencia de nuestro compatriota chavista) que se  instalará en la Puesta del Sol como homenaje a la de la  Plaza de la Concordia donde estuvo en París, en tiempos más felices.