Torres más altas han caído, Maleni

La juez Alaya camino del Juzgado de Sevilla

Maleni (Magdalena Álvarez) tras una serie ininterrumpida de intervenciones televisivas para explicar las cosas desgraciadas  que sucedían en las obras emprendidas por su Ministerio de Fomento, sin ninguna culpa por su parte, dejó dicho Ministerio (30.000 mill. de euros de presupuesto anual) en buenas manos, las del ínclito Pepiño Blanco, quien cualquier día nos obsequia con su autobiografía "Salvado por los pelos" (de la Judicatura)

Maleni, una vez abandonado el Ministerio, tras las gestiones de rigor, ocupó con gesto resuelto la Vicedirección del Banco Europeo de Inversiones, dedicándose a conceder créditos en Luxemburgo, a diestro y siniestro, por valor de 60.000 mill. de euros anuales.

Fueron años felices, de plenitud, estaba en el corazón de Europa prometido por Moisés Zapatero a sus huestes, a dos pasos de París, de los Champs Elysèes, de la rue Saint Honorè, y a dos horas de Madrid, Málaga o Sevilla

Pero como en las películas dramáticas, el destino tenía reservado a Maleni  un futuro más bien tormentoso, porque Maleni ignoraba por completo que desde hacía algún tiempo, las investigaciones de la implacable Juez Alaya, se acercaban inexorablemente, luchando a brazo partido en la "selva selvaggia" de la documenrtación almacenada en el Palacio de San Telmo de Sevilla, a los papeles con su firma, archivados cuando fue Consejera de Hacienda en la Junta Andaluza, antes de ser catapultada al Ministerio de Fomento de Madrid

¿Y qué revelaron tales papeles a la mirada inquisitiva de una Juez sagaz, como es la señora Alaya?

Pues pusieron de manifiesto, Maleni mía, que tú fuiste, según la Juez, uno de los "cerebros" dedicados a planificar la "transferencia de financiación", inicio de la corrupción a escala industrial descubierta por la señora Alaya., en la Tierra de María Santísima.  Es decir, lisa y llanamente,  te afanaste en idear un sistema de extracción  de dineros públicos a prueba de miradas indiscretas, creando un remanso de euros, al que sólo accedían "los nuestros".

Tu antigua compañera en el  Consejo de Ministros, Leire Pajín, experta en cartas astrales, podría trazar la tuya, a ver lo que resulta, y en el ínterim  quizás conviniera  que estudiaras la cuestión de las frutas y verduras transgénicas, para abrir un puesto en el Mercado de San Miguel de Madrid, porque cualquier día las autorizan y serías la primera en forrarte. Es tu segunda oportunidad, Maleni.