visitas

miércoles, 18 de junio de 2014

Pincelada catalana


Todo el mundo pudo ver y oír, a través de los canales de TV, hace unos años, al entonces Jefe de la oposición catalana Sr. Maragall, acercarse al escaño de Presidente Mas diciéndole que su problema se llamaba 3%. Esta cuota se elevó después al 4%, y traducía las cantidades que el Gobierno de la Generalidad recibía en negro, de las empresas encargadas de realizar obras públicas en Cataluña.

Una historia poco edificante. Una "mordida" oficial y gubernativa, como otras muchas descubiertas en el resto de nuestro asendereado País, indicadora de la institucionalización de la corrupción catalana, que a estas alturas debe hallarse al borde de la saturación.

Desde que el Sr. Maragall, al mencionar el % en cuestión,  hiciera enrojecer y después empalidecer al Sr Mas en el Parlamento catalán, ningún político ha negado la existencia de la corrupción, ni se ha sentido con la energía suficiente para salir en defensa de la probidad de nadie. No. Se han envuelto en la barrera cuatribarrada, han adoptado un aire de dignidad más o menos ofendida y han iniciado una campaña para reivindicar un "derecho a decidir" (establecido por la ONU en  1948 para los pueblos colonizados).

Estos señores  insisten en celebrar un referendum (ilegal) el día 9 de noviembre de este año, según dicen "caiga quien caiga", pese a los avisos recibidos por el Sr Mas de su expulsión inmediata de la UE. Así que quieren marcharse, dejando que  el resto de España pague su deuda.

Desde hace un par de meses una "Sociedad civil catalana" se rebela,  y pretende agrupar a los catalanes que se sientan también españoles. De momento han sido 12.000 ciudadanos los que han respondido a esta llamada, frente a los 8.000.000 de ciudadanos con que cuenta la Autonomía catalana. Esperamos que Santiago Matamoros nos salve otra vez, como en la batalla de Clavijo. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario