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domingo, 12 de junio de 2011

Revoluciones de diseño


La revista “París-Macht” publicó en su día varios reportajes gráficos sobre las algaradas de mayo del 68 en París, que dió lugar, creo recordar, a la dimisión del Genaral De Gaulle. Las fotos de aquellos reportajes mostraban a los estudiantes de París levantando barricadas con los adoquines arrancados afanosamente de las calzadas, incendiando un coche aquí y otro allá, enfrentándose en el Boulevard St Michel a los gendarmes, e inventando eslóganes muy elaborados para romper los esquemas mentales de los pobres papis.

Nuestros revolucionarios del 15-M, decididamente cutres, son más bien del tipo sedente y de estética de aduar. No obstante, algunos jóvenes de París quisieron imitarles, pero la política de Interior francesa tiene notoriamente más categoría que la desarrollada por el Ministro Rubalcaba y los jóvenes parisinos, no consta que fueran precisamente estudiantes, apenas duraron quince minutos en el lugar elegido para dar la nota. Cabe señalar que, hasta el momento, ningún movimiento de este tipo, destilado por meninges patrias, había sido imitado por los franceses, más cerebrales, lo cual me lleva a pensar que nuestros vecinos se hallan, en cuanto a revoluciones caseras, un tanto en decadencia.

El sedicente movimiento apolítico, pacifista y asambleario del citado 15-M, ha experimentado varias mutaciones a medida que transcurrían los días, como la Escherichia Coli hamburguesa, convirtiéndose en una cepa bolchevique, dispuesta a secundar los planes barrocos de Alfredo el Siniestro, al igual que cualquier partida de la porra. De momento ya tienen una especie de lider achacoso, contemporáneo de la toma del Palacio de Invierno, que les llevó hasta el Congreso para vociferar unas consignas pasadas de moda como el nonagenario en cuestión. Estoy seguro de que no serán jamás exportables, por lo mostrencas, para otras revoluciones estalladas allende nuestras fronteras.

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