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lunes, 13 de agosto de 2012

Los sueños de algunos

Samovar ruso del siglo XIX

En 1917, un año antes del final de la Primera Guerra Mundial, los alemanes permitieron el paso por ferrocarril, a través de su territorio, de un exiliado ruso procedente de Suiza, llamado Lenin, y calcularon, tal como sucedió en la realidad, que tomaría el poder, declararía la dictadura del proletariado y firmaría un armisticio con Alemania.

Ayer mientras veíamos en la pantalla de la TV, una película basada en estos hechos, alguien suspiró y dejó saber al resto de la audiencia, que no entendía nada del asunto. Los que cursamos el bachillerato a mediados del siglo pasado, tenemos en común una ignorancia total sobre los acontecimientos históricos ocurridos tras el Congreso de Viena de 1815.

Si esto es así para una parte reducida de la población actual, es fácil deducir los conocimientos de la Historia del resto que tendrá la mayoría de la población, entre los que se encuentran aquellos que no pasaron de la enseñanza primaria.

Hace una semana al tiempo que robaban, como un acto pretendidamente ejemplar en dos supermercados de la provincia de Sevilla, los miembros  de un sindicato de obreros del campo, convirtiendo su vida en una función de circo, todos entendimos que esta gente está soñando, con casi 100 años de retraso, en constituir una república de los soviets, nacionalizar la banca, abolir la propiedad privada y arreglar todos nuestros problemas de una vez.   

2 comentarios:

  1. Es triste constatar la manera en la que hemos puesto a España en el mapa...todos nos dicen el mismo comentario!

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  2. Buenos días: lo que también está claro es que el planteamiento económico actual tan desrregulado no funciona bien. También está claro que el "bienestar social" al que contribuyen todos los trabajadores y ciudadanos con inmuebles y rentas es favorabble para la mayoría no es lo que hay que minar en la crisis. Tantos políticos y asesores como tenemos tendrían que ser capaces de encontrar soluciones innovadoras a los problemas económicos y sociales del pais. Me siento un barquichuelo o patera en la tormenta de las "primas" y los mercados. Un abrazo y gracias

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