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miércoles, 13 de agosto de 2014

A vueltas con la corrupción

Visión general del ranking (de color rojo como "muy corrupto" a amarillo como "muy limpio")

De menos a más corrupción, España figura en el puesto 40 de todos los países del mundo. El más limpio, lustroso y presentable es Dinamarca (puesto 1) y el más sucio, pringoso, e impresentable Afganistán (puesto 175) según un estudio realizado en 2013.

Entre nosotros, los andaluces cargan con la cruz, porque la implacable Juez Alaya, esa mujer valiente y heroína admirable, acaba de empapelar a 198 políticos varones  y a dos políticas, una de ellas ¡ay! a mi Maleni, quien a estas alturas no sé si estará "partía" o "doblá", la pobre.

Pero nadie piense en la extinción de "la clase", ni en declararla especie protegida, pues quedan muchísimos más en libertad todavía y otros recién escapados de las redes judiciales como Pepiño, con verdaderos amiguetes en las altas instancias.

Es posible que los encausados por la Juez sevillana permitirán a algún futuro estudiante de sociología avispado, redactar una tesis sobre el asunto, atendiendo a los orígenes sociales, estudios, etc de los mismos, concluyendo, casi lo estoy viendo, en la característica  transversal de la presencia de los sinvergüenzas en todas las capas sociales, como ha ocurrido siempre, por lo menos desde el siglo XV.

En Cataluña, la familia Pujol-Ferrusola inicia el dudoso honor de abrir el capítulo de una nueva clase delictiva familiar, que da al traste con el modelo de la familia catalana de la clase burguesa tan respetada, con tanto seny, tanto abono a la ópera y tanta afición a la música de Wagner. Y es que salir a la carretera con tanta señera no puede ser bueno. Otro día tengo que tratar el tema Gurtel y adyacentes.      

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