Económicamente hablando

Lagarde  y de Guindos. Pero, ¿de qué se ríen estos dos?

La  verdadera Economía nunca parece haber sido motivo de preocupación entre los gobernantes españoles, simples aficionados en el manejo la cosa pública, salvo cuando se retrasaban los galeones procedentes de las Indias Occidentales, con el oro y la plata del quinto real. 

En el curso de los últimos trescientos años, como es sabido, hubo algunos, pocos, fugaces momentos de lucidez en nuestros responsables, capaces de proyectar y realizar obras que redundaron en beneficio de todos, como el Canal de Castilla y cosas así, o de inaugurar la Empresa SEAT de Barcelona, para la producción del "seiscientos".

Lo normal ha sido un panorama desolador  en el que destacan el recuerdo de aquella Ministra diciendo hace ocho años, con voz pastosa, que veía "brotes verdes" en la recuperación económica, o la contemplación del Ministro actual que la sustituyó, buscando hoy, con la mirada inquisitorial, bolsas de defraudadores, para llamarlos insolidarios, empapelarlos acto seguido y llorar ante las cámaras de TV moviendo la cabeza a uno y otro lado, poniendo todo perdido.

¿Esto es administrar la cosa pública? ¿Es esto Gobernar? ¿Esto es dirigir los destinos de una Nación de acuerdo con los parámetros económicos admitidos en todo el Mundo? Evidentemente, no. Cada lector puede adjetivar la situación como le parezca. Ahora mismo. Sin pararse en barras.