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sábado, 10 de marzo de 2012

Estos tiempos

Reinos de taifas
Desde la época aquella del "sereno" que acertaba al instante con la llave precisa entre otras veinte, para abrir el portal de la casa de Geraldine Chaplin, hasta nuestros días, han cambiado muchas cosas, empezando por la desaparición de los "serenos", empujados fuera de la escena por los "porteros automáticos" carentes de alma.

Y han aparecido otras cosas, por ejemplo una banda terrorista de siniestro historial, aunque escribidores adictos hayan querido revestirla con ropajes épicos, que un Presidente desorientado, de poquísimas luces, colocó en las instituciones del Estado, y ahí les tenemos, con sus camisas a cuadros y su aire montaraz en el Congreso de los Diputados y dueños ya de una de las tres provincias vascas: Guipúzcoa. Los del Congreso se muestran  algún tanto desorientados todavía, semejantes a las aves en corral ajeno, pero como son de suyo chantajistas, inician siempre sus discursos con una frase, convertida en su marca de fábrica: "Exigimos al Gobierno..."  

Dividida España en su día en diecisiete Autonomías, de cada una surgió una clase política dedicada, salvo las excepciones de rigor, a mimetizar al Gobierno de la Nación, como los niños imitan a los adultos.Pero esta mimesis ha terminado por arruinarlas, con la inestimable ayuda del Presidente anterior, el de las luces.Tampoco tenía muchas aquel Presidente autonómico que justificó las deudas dejadas a su sucesora en el cargo, dejando caer, despectivo, que él desempeñó el cargo de Presidente y no de contable. La Autonomía andaluza merece también algún comentario aunque, dadas algunas especiales peculiaridades cronológicas, será explicado en un capítulo exclusivo, no en vano fue la cuna de los contertulios de Monipodio.    

El nuevo Gobierno ha debido aprobar un plan de ajustes y recortes presupuestarios, atentamente vigilado por la señora Merkel, la canciller alemana. Pero he aquí que los sindicatos obreros, nutridos a partir del presupuesto nacional  y de los autonómicos, no toleran ni recortes ni ajustes, y han anunciado una huelga general cegados por la estulticia que les corroe, con la que sueñan derribar a un gobierno apoyado por 11,5 millones de votantes. Al fondo se adivinan los manejos del jefe de la Oposición, convertido en un Uriah, el personaje de Dickens que tanto se frotaba las manos. Y esto es todo lo que hay de momento.      

1 comentario:

  1. Yo me manifestaria para que se multipliquen als medidas para generar empleo para jóvenes y mayores pero a esta de los sindicatos decimonínicos y antidiluvianos NO me apunto! Muchos besos, Beatriz

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