Como dicen las palabras santas: "Por sus obras les conoceréis" Y así es, en efecto, si las aplicamos por ejemplo a nuestros entrañables políticos profesionales. Para demostrarlo y de paso, hacer un ensayo tipológico de dichos sujetos, me he permitido hoy recoger tres casos que figuran en la antología de los aspirantes a estadistas históricos en algún momento de su vida.
Felipe González, jefe socialista de gobierno, conocía a la perfección todo el asunto de los Gal desde que se constituyeron dichos grupos antiterroristas paralelos para llevar a cabo la guerra sucia contra ETA, con elementos de la policía, a los que más tarde añadieron algún marginado portugués de Angola. Cuando los tribunales juzgaron y condenaron por secuestro a su Ministro de Interior Barrionuevo y a Vera, Secretario de Estado, González se mimetizó con el paisaje disfrazándose de moqueta en algún salón de la Moncloa inmediatamente después de hacer "la comedie" en las puertas de la prisión de Guadalajara para despedir a sus conmilitones, y permaneció de esta guisa hasta que unas semanas después les indultó.
José Blanco, alias "Pepiño", Ministro socialista de Fomento (40.000 mill. de Euros anuales de presupuesto) cometió una serie de delitos de prevaricación y tráfico de influencias. Incluso se adhirió con entusiasmo a la idea de un amiguete del pueblo, sobre la recogida de medicamentos desechados en las farmacias por los clientes, para envasarlos de nuevo en dosis únicas y venderlos a los gobiernos africanos que se dejasen.
Refugiado en el Congreso como simple sedente, merced a las listas electorales cerradas, Don José tiene actualmente los dedos de ambas manos clavados cual garfios en su sillón de padre de la Patria, sin moverse para no llamar la atención del Tribunal Supremo.
Don Mariano Rajoy y su entorno más próximo, del Partido Popular, quienes durante la última campaña electoral lanzaron al éter sus voces, cuyos ecos aún resuenan en nuestros oídos, prometiendo y asegurando una y mil veces, mantener "sin tocar para nada" las pensiones de los ancianitos, "las han tocado" sirviéndose de una multitud de asesores, técnicos y demás allegados, autores del engendro de algoritmo que figura sobre este texto, y según el cual o los ancianos dejan de acumular años tontamente, recibiendo dineros de la Caja de Pensiones, sin hacer nada de provecho, o les cortan en seco la pensión, aplicándoles los parámetros propios del caso. Es lo que don Mariano llamaría "solución técnica" para cortar de raíz esa tendencia de los provectos nacionales a alargar su esperanza de vida, dos años superior a la media europea. Hasta en esto teníamos que ser diferentes.
Y es el mismo Rajoy el que dice que quiere bajar los impuestos, ¿para qué? ¿para bajar más las pensiones? Esto es una locura. Si los impuestos son altos, y las pensiones y los servicios públicos de calidad, creo que nadie se quejaría.
ResponderEliminarEs importantísimo no malgastar ni un euro de lo recogido de los impuestos. Los jubilados han contribuido con su trabajo toda la visda para que ahora se les escatime y baje la pensión. ¡qué desatino Sr. Rajoy!
Me alargo un poco más: otra mentira que no soporto es la de la excusa de las armas de destrucción masiva que se puso (en nuestro pais Aznar) para destruir Irak y su población. Yo veia en las noticias la "evidencia" que mostraba de estas armas USA y como ciudadana y científica crítica no me creia nada. ¡qué verguenza y qué mentira!