Parlamento europeo de Estrasburgo |
No puedo imaginar el caso de un terrorista del IRA (Irish Republican Army) ya juzgado por un tribunal británico, que cumpla su pena de prisión en una cárcel de S.M. la Reina, y cuya sentencia sea cuestionada por una Sala del Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo (Francia) a instancias de un magistrado inglés miembro de dicho Tribunal.
Y aún menos se me alcanza que Gran Bretaña aceptara resarcir al terrorista por haber prolongado su pena de prisión algunos años, con 50.000 libras esterlinas, y violado los derechos humanos del individuo en cuestión.
En mi opinión, por mucho menos que las ocurrencias "europeas" de la U.E., Gran Bretaña hubiera enviado una cañonera río arriba, a donde fuera menester, en una enérgica operación de castigo.
Sin embargo, este podría ser el caso real de España con la etarra Inés (23 asesinatos, detenida en 1987 cuando transportaba 35 Kg de amonal, con órdenes de atentar en cinco o seis supermercados de la Costa del Sol, condenada a 3.000 años de prisión, reducidos a 20 antes de la aplicación de la "doctrina Parot") que estudiará, transcurrido el verano, la liberación de Inés con su cheque en la cartera, establecida previamente por una de las salas del Tribunal. Así que estamos pendientes sobre la legalidad o ilegalidad de mantener enjaulada a la fiera Inés dictada por el Tribunal en pleno. Y nosotros, encima, sin una cañonera decente.
Olvidaba apuntar que el magistrado español del Tribunal de Estrasburgo, un tal López Guerra, que inició el asunto a favor de la dulce Inés, es una criatura del seráfico y mirífico Zapatero. Está visto que no se puede ser pobre.
Y lo terrible no es sólo que salgan esta "panda" de asesinos -lo que son, a pesar de que algunos quieran disfrazarlo-, es que también saldrán los violadores. ¡Qué país!
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