Cierto personaje de la novela policíaca "El rapto de las sabinas" del escritor manchego García Pavón, conservaba desde sus años escolares un libro elemental de Historia de España, plagado de fraseología decimonónica, y de cuya lectura hacía gala, cualquiera que fuera el tema más o menos histórico discutido en las tertulias donde le admitían. Eufrasio, llamado Eufrasiete, nombre del personaje, negaba enfáticamente cualquier hecho histórico que no figurara en tal libro. "Eso", decía, "no viene en mi libro"
Al igual que Eufrasiete, un joven profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, apellidado Iglesias, al que alguien tuvo la humorada de adjudicarle a su nacimiento el nombre de Pablo (1), en su adolescencia o primera juventud, debió leer un libro de Historia, o una colección de un mismo origen, soviético, y con tal bagaje se atrevió a asomarse a las pantallas de la TV (Intereconomía) hace pocos días para discutir el tema de la guerra civil, con ocasión de la Propuesta de ley, finalmente rechazada, hecha por "Izquierda Plural", declarando el 18 de Julio "día oficial de la condena del franquismo"
En el intercambio de argumentos con un historiador auténtico (Fernando Paz) Pablo hizo un encendido elogio de la Segunda República, con el lirismo habitual, destacando "el carácter democrático" de sus gobiernos de izquierdas, olvidándose de que el último de ellos, matara alevosamente al Jefe de la oposición, cinco días antes del inicio de la guerra, sirviéndose de las llamadas fuerzas del orden republicanas.
En el intercambio de argumentos con un historiador auténtico (Fernando Paz) Pablo hizo un encendido elogio de la Segunda República, con el lirismo habitual, destacando "el carácter democrático" de sus gobiernos de izquierdas, olvidándose de que el último de ellos, matara alevosamente al Jefe de la oposición, cinco días antes del inicio de la guerra, sirviéndose de las llamadas fuerzas del orden republicanas.
Iglesias se lamentó amargamente, en plan elegíaco, de la frialdad de Francia e Inglaterra con que simularon ayudar al "Gobierno mártir" de España, con las pamplinas del Comité de no-intervención, embargos de armas, etc porque seguramente en su libro "no viene" que la marinería de los barcos de la Armada con base en Cartagena, una vez en mar abierto, y durante las primeras horas de la guerra, tiraron por la borda a sus oficiales.
El Almirantazgo británico, especialmente sensible a ese tipo de faltas de disciplina, conoció la barbaridad de inmediato, y un estremecimiento de horror debió recorrer los salones y despachos de su sede en Londres. Desde entonces el Reino Unido y Francia (por otras razones) mantuvieron a distancia a los "Gobiernos democráticos republicanos". Los imagino utilizando un palo muy, pero muy largo.
(1) Pablo Iglesias fundó el partido socialista (marxista) de España en Madrid, en 1879
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