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domingo, 8 de septiembre de 2013

La tragedia nacional del momento

La desilusión

Ayer, cuando el presidente del COI, que recordaba a un empleado de una empresa de pompas fúnebres, leyó los resultados de la primera votación del Comité, en virtud de los cuales quedaba eliminada "ipso facto" la candidatura de Madrid como sede de los JJ.OO. de 2020, un manto espeso de silencio pareció caer sobre la multitud madrileña que se había echado a la calle alegremente y seguía el acto celebrado en Buenos Aires, a través de pantallas gigantes de TV.

Cabizbajos, arrastrando los pies con desgana, algunos y algunas con las lágrimas a punto de fluir abundantes mejillas abajo, sujetando unos  incongruentes globos rojos, dispuestos para ser soltados en masa, una vez anunciada la esperada victoria, se dispersaron desde el entorno de la Puerta de Alcalá y calles adyacentes, dirigiéndose hacia las más próximas estaciones del Metro para llegar cuanto antes a sus casas y cerrarlas de un portazo

Aquello parecía la escena final de la película "Bienvenido Mister Marshall", cuando todas las ilusiones de los vecinos de Guadalix de la Sierra sobre un próximo futuro espléndido, desaparecía literalmente por las alcantarillas.

Unos (la nutrida delegación española de políticos, desplazada para trabajar el asunto en la capital argentina) y otros (el pueblo llano, esperando anhelante, resultados positivos) se habían autoengañado hasta hacer irreconocible el ego nacional, que el COI hizo estallar de mala manera: ¡ploff!

Un redactor de radio puso la guinda de la cuestión al asegurar, poco menos que sollozando, entrada ya  la noche: "Ha sido un sueño acabado en pesadilla". Los hay trágicos.     

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