Me gustaría glosar, siquiera sea brevemente, la figura de Maleni, para algunos “mi Maleni”, antes de que desaparezca del escenario político. Físicamente es una señora de tipo muy común, indistinguible, por ejemplo, en un mercadillo, de todas las demás, compren o vendan. Al contrario de la señora Maritere, que siempre va de colorines, y es espiritada. Lo que define a Maleni es la inmediatez o proximidad explícita en la expresión de su rostro. Es decir, que es muy asequible en el terreno intelectual, y lo mismo da vueltas a sus papeles en sus comparecencias, a la búsqueda del papel perdido y jamás hallado, que mira a su interlocutor buscando su complicidad, elevando las cejas, abriendo mucho los ojos y haciendo a la vez signos de asentimiento con la cabeza siempre recién salida de la pelu y tratada por un estilista con poca imaginación. Trata de transmitir algo que no ha dicho, ni dirá, porque no encuentra la palabra. Pero ella siempre quiere hacer saber lo que le han dicho sus asesores técnicos que diga, pero sin decirlo. No sé si me entiendes: las ruedas de tren hablan un idioma y el carril habla otro idioma ¿Y qué pasa? Pues que no hay diálogo y descarrila ¿se entiende?
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